viernes, 9 de julio de 2010

Fearless (Huo Yuan Jia, 2006): Disección de una obra maestra



1. Un proyecto especial

Desde que se hiciera público que el actor "Jet" Li volvía a rodar en Hong Kong una película sobre wushu coreografiada por Yuen Woo-ping, los aficionados aguardaron con expectación cualquier tipo de rumor o información concerniente a dicho proyecto. Qué duda cabe, el hecho de ser un biopic sobre el famoso maestro Huo Yuanjia contribuiría sobremanera a suscitar un interés aún mayor.




Al fin y al cabo, Li ya había demostrado ser la elección perfecta a la hora de encarnar la quintaesencia del héroe chino, tras su recreación de célebres maestros de artes marciales como Wong Fei-hung, Fong Sai-yuk, Hung Hei-kwun o el legendario Zhang San-feng. Y el tándem Li/Yuen era responsable de algunas de las mejores mejores películas de artes marciales de los últimos tiempos, desde "Érase una Vez en China II" (1992) hasta "Tai Chi Master" (1993) o "'Fist of Legend" (1994).


Como no podía ser de otra manera, la expectación generada contribuyó inconscientemente a fomentar todo tipo de rumores, algunos ciertos, otros tristemente erróneos. De todos ellos el que más repercusión tuvo en los medios fue el que informaba que esta película marcaría la retirada de "Jet" Li del cine de artes marciales.

La noticia de que el actor podría acabar en una silla de ruedas, debido a una grave lesión causada en una de sus primeras películas, en el caso de continuar trabajando en este tipo de películas y realizando complicadas maniobras físicas, no hizo sino incrementar las dudas acerca de si, realmente, Li podría estar diciendo "adiós" al género en el que se había convertido, por méritos propios, en uno de sus máximos exponentes.


Afortunadamente, todo fue un error alentado involuntariamente por la prensa, la cual se apresuró a interpretar algo que el actor nunca había dicho, es decir, que ésta sería su última película de artes marciales. En realidad lo que declaró verdaderamente fue que este nuevo proyecto supondría su última aportación al cine de wushu. El actor no estaba refiriéndose tanto al cine "con" artes marciales como a aquellas películas épicas ambientadas en su mayoría en algún determinado período histórico pasado del país (en la línea de "Fong Sai-yuk" (1993) o "Tai Chi Master"), y en las que las artes marciales cobraban un especial protagonismo dentro del argumento.

Hay que tener en cuenta que, como ya hemos podido comprobar anteriormente, la contribución de Li al género está muy marcada por este tipo de proyectos desde su debut en 1982 con la magnífica "The Shaolin Temple" hasta la mítica "Érase una Vez en China" (1991). Si tenemos en cuenta todos estos detalles, no resulta difícil comprender las declaraciones del actor, así como también las causas que propiciaron el malentendido.


Afortunadamente para todos, y como se ha demostrado ya, "Jet" Li no pensaba retirarse todavía, aunque aquellos que hemos soñado, disfrutado y vibrado lo inimaginable con sus películas añoraremos con nostalgia este tipo de historias, en las que el actor, con el característico peinado impuesto por los manchúes, y una larga túnica, hace alarde de su maestría en este bello arte en pos de la paz y la justicia.

En cualquier caso, los aficionados al buen cine de artes marciales estamos de enhorabuena, ya que el "adiós" (¿acaso "El Reino Prohibido" del 2008 no supuso, en cierto modo, una vuelta por parte del actor a este tipo de cine?) del actor a este tipo de películas es realmente digno de encomio. La película, estrenada en occidente con el nombre de "Fearless" (2006), supuso un bello y emotivo tributo a la esencia del arte marcial, un testamento personal del grado de evolución al que había llegado el actor tras varias décadas de entregada práctica. Ni que decir tiene, a todo esto habían contribuido sus profundas convicciones budistas.

 Ya en el año 1997 el actor había sentido la necesidad de retirarse del  cine para poder centrarse en su familia y su vida religiosa. Según contaba el mismo Li, se sentía realmente hastiado de aquel mundo, de las entrevistas, sesiones de fotos y fama. Y, aunque cada película le reportaba una buena suma de dinero, también le ocasionaba nuevas lesiones, algunas de las cuales aún no habían sanado del todo y podían llegar a agravarse en el futuro.


De este modo, llegó a la resolución de que había llegado el momento de iniciar una nueva etapa en su vida que le permitiera ahondar en sus inquietudes espirituales afines al budismo. Cuan no sería su sorpresa cuando, en un encuentro con Lho Kunsang Rinpoché, un reconocido maestro espiritual de budismo tibetano, éste le anunció que aún no había llegado el momento de su retirada, y que aún tenía una misión que cumplir en esta vida.


Y aunque no llegó a especificar a qué se estaba refiriendo exactamente, sí le dijo que él mismo lo comprendería a su debido tiempo. Fue entonces cuando el actor inició su etapa americana, interpretando al villano de la pésima "Arma Letal IV" (1998), y durante varios años estuvo reflexionando sobre aquellas palabras, tratando de dilucidar su significado. Al cabo de un tiempo, creyó intuir la respuesta. Como él mismo explicaba:

¿Qué razón podría motivarme a continuar un trabajo tan físicamente agotador como éste, en el que además el riesgo a lesionarse es constante? Como ya dije anteriormente, no soy el tipo de persona que ansía más dinero o fama. He acumulado suficiente dinero como para cuidar a mi familia durante mucho tiempo. Y respecto a la fama, como todos sabemos, es algo efímero (...) Si puedes ver a través del ilusiorio señuelo de la fama, entonces no te dejarás llevar por ella (...) Sin embargo, el año pasado, finalmente, lo comprendí todo. Tenía la responsabilidad de contribuir a presentar el budismo en occidente a través de cauces tan poco ortodoxos como los medios de comunicación."

Esta comprensión será de capital importancia a la hora de comprender el tipo de papeles a los que el actor había dado prioridad en los últimos años, y en los cuales manifestaba abiertamente su rechazo a la violencia sin sentido. De este modo podía mostrar el verdadero sentido de la práctica de artes marciales en películas como "Hero" (2002), "Danny the Dog" (2005) o la película que aquí nos ocupa, "Fearless", fruto de la maduración espiritual del actor.


Según contó a los propios medios de comunicación de su país, el motivo principal que le había llevado a aceptar realizar esta película fueron los relativamente altos índices de suicidio entre la población joven de su país cada año. El objetivo principal de su implicación en este proyecto, así pues, fue alentar a los más jóvenes a seguir adelante, tomando como modelo de referencia y ejemplo al mismo Huo Yuanjia.


2. Breves apuntes históricos

Lo primero que hay que tener en cuenta es que, en un país de las dimensiones de China, existe una considerable diversidad en cuanto a grupos étnicos. De todas las etnias existentes en el país, la más numerosa es la denominada han, que es la que identifica al pueblo chino propiamente dicho. Todas las demás etnias minoritarias restantes, como por ejemplo mongoles, manchúes o tibetanos, por poner unos pocos ejemplos, no son consideradas por los han como "chinas" en el sentido más estricto de la palabra, dadas las diferencias religiosas, sociales y culturales existentes entre todas ellas.


De este modo, cuando los manchúes llegaron a tomar las riendas del Imperio a mitad del siglo XVII, derrocando a una dinastía Ming fragmentada y en crisis, el pueblo chino vio cómo el destino del país volvía a caer en manos extranjeras (antes de la dinastía Ming, China había estado gobernada por la dinastía mongol de los Yuan).

De hecho, tan pronto se hicieron con el poder, los manchúes iniciaron una política encaminada a humillar y mermar el espíritu del pueblo chino, imponiendo el uso de vestimentas manchúes (no deja de resultar paradójico que los trajes y vestidos que hoy día asociamos en occidente con el pueblo chino son en realidad de procedencia manchú, no china han) y, especialmente, imponiendo a todos los chinos el peinado característico manchú, consistente en afeitar la mitad frontal de la cabeza y recoger el cabello restante en una larga coleta que cae por la espalda.


No resulta difícil imaginar lo que esto supuso para una civilización de 5000 años de antigüedad como la china, con uno de los legados culturales, técnicos y artísticos más fascinantes de la historia. Hasta tal punto es así que los manchúes tuvieron que asimilar la cultura china de cara a poder gobernar el país durante más de dos siglos.

Las primeras décadas de la dinastía manchú de los Qing (1644-1911) estuvieron marcadas por el expansionismo de un imperio cada vez más esplendoroso. Sin embargo, desde que, a principios del siglo XIX, China iniciara relaciones comerciales con potencias europeas, la situación cambiaría drásticamente para peor, especialmente desde que Inglaterra decidiera dejar de pagar a China sus exportaciones de seda y té con plata, recurriendo al pago con la droga del opio exportada de sus colonias en la India.

Cuando el gobierno manchú se dio cuenta de las funestas consecuencias de esta droga en el país, la cual estaba convirtiendo en adictos a gran parte de la población, y reaccionó prohibiendo futuras importaciones de opio en el país y exigiendo el pago por sus productos con plata, dieron comienzo unas hostilidades que culminarían en las dos famosas Guerras del Opio (1839, 1856).

Dichas guerras pusieron de manifiesto hasta qué punto necesitaba China modernizarse para poder competir con el resto del mundo. Tecnológicamente más avanzadas, las tropas europeas no encontraron ninguna dificultad a la hora de mermar a los más numerosos ejércitos chinos. Tras las dos guerras, se firmaron una serie de tratados por los que el país quedó completamente a merced de las ambiciones expansionistas e imperialistas de Europa.


A dicha amenaza imperialista no tardaría en unirse, más tarde, Japón, país que, tras el fin del shogunatoTokugawa en 1867, iniciaría una política de acelerada modernización y expansión que provocaría la guerra con China. El objetivo del país del Sol Naciente era convertir al país vecino en una colonia de su imperio, aprovechando la debilidad de China. Poca resistencia pudo ofrecer China al nuevo ataque, perdiendo, entre otras tierras, Taiwán tras su derrota frente a Japón.

Todo esto, como puede comprenderse, no hizo sino aumentar el malestar de un pueblo, el chino, primero humillado por los manchúes, y luego humillado y además saqueado por potencias extranjeras. Esto alentó una serie de revueltas, a cada cual más violenta, fomentando el odio hacia los japoneses y el rechazo hacia los invasores y los misioneros religiosos, las cuales tendrían en la famosa revuelta de los Boxers (1900) uno de sus puntos más álgidos.


Con todo este malestar nacional, no es de extrañar que, once años más tarde, una nueva revolución acabara derrocando a la menguada dinastía manchú. Esto propiciaría la instauración de una República provisional en 1911 que estaría marcada por los enfrentamientos entre nacionalistas y comunistas hasta el triunfo del Partido Comunista en 1949, con la proclamación de la República Popular de China. Este es, en definitiva, el contexto histórico en el que vivió Huo Yuanjia, y también, por ende, el contexto histórico en el que se desarrolla la historia de la película.


3. Huo Yuan-jia

Nacido en 1868 en Tianjin, Huo fue uno de los más famosos héroes modernos de artes marciales del país durante la dinastía manchú de los Qing. Como muchos otros patriotas, que también han dado pie a numerosas películas de artes marciales, Huo buscó alentar el espíritu y el honor de su pueblo en esta conflictiva época para la historia de China, aprendiendo artes marciales de su padre, Huo Endi, pese a las reticencias de éste a que su hijo siguiera sus pasos.

Esto obligó al joven y enfermizo Huo a estudiar artes marciales en secreto, hasta que sus progresos en estas artes quedaron al descubierto y su padre no tuvo más remedio que aceptar el hecho de que su hijo tenía aptitudes que lo convertirían en todo un maestro de las artes de lucha, accediendo a enseñarle, más concretamente, el estilo familiar, denominado "mizong quan".

El estilo mizong quan de la familia Huo es un estilo externo del norte, también denominado "changquan" , aunque toma igualmente elementos de estilos internos tales como el "taiji quan" o el "bagua quan". Se caracteriza, como su propio nombre indica, por el uso de rápidas fintas para despistar al adversario, así como también complejas técnicas de pierna y grandes saltos. De las disciplinas internas toma por ejemplo el uso de técnicas de liberación de energía o "fa jing" que provocan una dinámica generación de poder en los movimientos. 



Como ocurre en casi todos los estilos de artes marciales, existen diversas interpretaciones acerca de sus orígenes. Las más míticas afirman que el estilo fue creado por un monje Shaolin durante la dinastía Tang tras observar los elusivos movimientos de unos simios persiguiéndose los unos a los otros por las laderas de unas montañas.


Más veraces, si es que esto es posible a la hora de manejar las distintas fuentes históricas que se conservan, resultan las indicaciones que apuntan a que el estilo fue fundado por el maestro Sung Tung en tiempos del emperador Yongzheng (1722-1735) durante la dinastía manchú. Al parecer, Tung abandonaría su provincia natal de Shandong para perfeccionar su dominio del wushu, y esta búsqueda le llevaría hasta un sacerdote Shaolin que, en tiempos de la dinastía Ming, fuera un poderoso noble.

Tras la instauración del régimen manchú, el noble se ordenó sacerdote en el famoso templo, donde se convirtió en un famoso maestro de un estilo de wushu denominado mizong. Sung estudiaría este estilo con el monje durante más de diez años, y sería posteriormente el encargado de difundirlo por el país, convertido ya en un verdadero experto.


Volviendo a Huo Yuan-jia, éste, con el paso de los años, y una vez convertido en un Maestro en el arte de su padre, se ganó una merecida fama como luchador invencible jamás derrotado por ninguno de los que se atrevieron a retarlo durante todo este tiempo. La mayor parte de los conflictos en los que se vio implicado eran desafíos con luchadores extranjeros. Uno de los que tuvo más repercusión fue el de un poderoso luchador de wrestling procedente de Rusia, el cual había insultado a los chinos abiertamente, tachándolos de "enfermos de Asia", si bien al final declinó el desafío.

Años más tarde, Huo viajó con su aprendiz Liu Zhensheng a Shanghai para enfrentarse al boxeador Hercules O'Brien, el cual había previamente insistido en que su rival se ajustara a las reglas del boxeo occidental durante el combate, lo cual implicaba que Huo únicamente podría atacar con puñetazos por encima de la cintura. Pese a todas las restricciones y trabas, Huo aceptó el desafío... desafío que nunca llegó a realizarse, ya que antes de que pudiera llevarse a cabo el boxeador había abandonado la zona, no presentándose al combate.


Enfurecido por el desplante, Huo hizo erigir su propia plataforma en el parque de Shanghai, donde cualquiera que considerara a los chinos como "enclenques" podía aceptar su desafío y enfrentarse a él. De este modo tuvieron lugar una serie de combates, todos los cuales tuvieron el mismo resultado, proclamando a Huo como vencedor.

A pesar de todas estas victorias, el Maestro Huo aún no gozaba de un perfecto estado de salud, sufriendo continuos ataques de ictericia amarilla que hacían peligrar su vida. Por ese motivo, solicitó los servicios de un conocido doctor japonés, el cual era además uno de los maestros de judo más prestigiosos y valorados de la Asociación Japonesa de Judo en Shanghai.


Estos encuentros permitieron que la reputación del maestro se extendiera rápidamente por todas las escuelas de artes marciales japonesas asentadas en la ciudad. Y, como es inevitable, la Asociación no tardó en invitar a Huo a una competición contra sus propios maestros, con el fin de comprobar hasta qué punto estaba fundamentada su fama como luchador.

Cuando Liu Zhengsheng, uno de los alumnos más aventajados de Huo Yuanjia, derrotó con facilidad a uno de los practicantes de judo que osaron retarlo, esto fue interpretado como una deshonra para la escuela, alentando los deseos de venganza por parte de los japoneses, los cuales, liderados por el mismo maestro que brindaba servicios médicos a Huo, arremetieron contra el mismo Maestro.


Sin embargo, el ataque resultó ser inútil contra un adversario de tal calibre, el cual los derribó a todos con pasmosa facilidad, incluyendo al mismo maestro de la Asociación. Dada la enemistad granjeada involuntariamente, ya no seguía siendo aconsejable solicitar asistencia médica al doctor japonés.

Por desgracia, la salud de Huo no mejoraba, por lo que no tuvo más remedio que volver a recurrir a él para que le prescribiera más medicinas. El 14 de septiembre de 1910, Huo enfermaba de gravedad para fallecer poco tiempo después. Cuando el doctor japonés abandonó Shanghai tras la muerte de Huo Yuanjia, los alumnos del Maestro hicieron analizar la medicina proporcionada, la cual resultó ser un potente veneno.

Además de su fama como experto en artes marciales, y como luchador por los derechos y el honor de su pueblo, aceptando cualquier desafío con cualquier tipo de rival, Huo pasó a la historia como el fundador en 1910 de la famosa escuela de artes marciales "Jing Wu Men" en Shanghai.



El objetivo de la escuela era crear un entorno abierto en el que cualquiera pudiera aprender y enseñar artes marciales, en oposición al secretismo tradicional que imperaba en las familias de artistas marciales chinos, los cuales no enseñaban a cualquiera, sino a unos pocos elegidos. La idea era mantener viva la rica tradición marcial que todo este secretismo, así como también los cambios sociales que estaban transformando el país, podían hacer peligrar.

Huo Yuanjia era consciente de la necesidad de no sólo practicar en un plano físico, sin también en un plano espiritual y moral, para poder progresar en el arte del wushu. Esta profunda convicción de que China necesitaba de las artes marciales para poder crecer y volverse fuerte ante la adversidad, junto al apoyo de sus amigos y gran parte de la población de Shanghai, hicieron posible la fundación de la popular escuela.

Como dato anecdótico, la asociación tuvo que ser inaugurada como una "escuela de educación física" en vez de lo que realmente era, una escuela de artes marciales, apoyando también cualquier otro tipo de actividad deportiva adicional para no despertar sospechas entre los japoneses que habían invadido el país y a los que no les interesaba que el pueblo chino viera su moral y orgullo patrio estimulados por la práctica de artes marciales.


Huo era una figura tan admirada por el pueblo chino que muchos otros maestros accedieron a enseñar en la escuela, como por ejemplo Chen Zizheng, maestro del estilo de las "garras de águila", o Luo Guangyu, maestro del estilo de la "mantis religiosa", o incluso Wu Jianquian, fundador del estilo Wu de taiji quan.


De este modo, la escuela podría dar a sus practicantes una buena base en varios estilos, permitiendo además la especialización personal en aquél que optasen motu proprio. Aunque la escuela fue cerrada por el gobierno comunista de Mao Zedong, tras la "Gran Revolución Cultural del Proletariado" (1966) se permitió su reapertura, y hoy día posee más de 150 sucursales en todo el mundo.


4. Antecedentes cinematográficos

Como se ha podido comprobar en anteriores apartados, la vida del Maestro Huo Yuanjia es lo suficientemente apasionante como para justificar una película basada en su vida. En realidad, "Fearless" no es la primera adaptación cinematográfica de la vida de Huo. Ya en 1982, el mismo Yuen Woo-ping dirigió "Legend of a Fighter", toda una obra maestra del cine clásico de artes marciales, protagonizada por un inmejorable elenco de expertos en kung fu.



El personaje de Huo estaba interpretado por Leung Kar Yan, el cual nos brinda uno de los mejores papeles de toda su brillante filmografía. Acerca de Leung Kar-yan, lo único que se puede decir es que, después de verlo combatir en obras maestras como "Legend of a Fighter", "Fearless Dragons" (1981), "Knockabout" (1979), "The Odd Couple" (1979), "Dreadnaught" (1981), "The Victim" (1980), "Cantonen Iron Kung Fu" (1979) o, muy especialmente, esa obra maestra absoluta del gran Sammo Hung que es "Warriors Two" (1978), pues resulta difícil de creer que este carismático actor no hubiera recibido instrucción formal en artes marciales antes de dedicarse al mundo del cine.

Su asombrosa capacidad para retener y reproducir complicadas y elaboradas secuencias de movimientos con relativa fluidez es realmente digna de elogio. No en vano el propio Sammo lo describía como un auténtico "fenómeno" por su facilidad para aprender intricadas coreografías con prácticamente cualquier estilo de wushu, desde wing chun hasta hung gar.



Respecto a la némesis de Huo en la película que nos ocupa, un experto luchador japonés, estaba interpretado, como no podía ser de otra manera, por el magnífico Yasuaki Kurata. Este actor, nacido en el año 1946 en Ibaraki, Osaka, es uno de los actores japoneses pioneros en el cine de Hong Kong, y a él le debemos las mejores y más precisas exhibiciones de técnicas marciales de Japón en dicho cine.

Kurata alcanzó el 6º dan en karatedô, 2º dan en aikidô y 5º dan en jiu-jitsu, si bien debo admitir que mis fuentes no están del todo actualizadas, por lo que no me extrañaría que, al día de hoy, su grado de maestría en dichas artes fuera incluso mayor.

Algunas de las películas más importantes en las que ha colaborado son "Secret of Shaolin Poles" (1977), dirigida por el gran Lau Kar-leung, "Fist of Legend" (1994) o "Heroes of the East" (1979), también dirigida por Lau, y en la que interpreta al rival japonés del magnífico Gordon Liu. Su sola presencia garantiza excelentes combates en otras películas como "Call me Dragon" (1974), "Millionaire's Express" (1986), "Twinkle, Twinkle, Lucky Stars" (1985), o "So Close" (2002) entre muchas otras.

Finalmente, el papel del padre de Huo recayó en el gran Phillip Ko, toda una leyenda del cine de kung fu de Hong Kong, y uno de los mejores luchadores del cine de la "vieja escuela". Con tamaño elenco de expertos en artes marciales, como uno puede imaginar, los resultados rayan las más altas cotas de la excelencia. La película está considerada una de las obras más importantes del género gracias también a las excelentes coreografías a cargo del propio Yuen Woo-ping, el cual demuestra lo bien fundamentada que está su fama como uno de los más grandes directores de acción de todo el cine de Hong Kong.



La película evita los estereotipos fáciles y se preocupa en incidir en la relación de amistad entre Huo y el luchador japonés, el cual se hace pasar por un erudito chino con la finalidad de aprender artes marciales chinas. Cuando el padre de Huo, reacio a que su hijo aprenda artes marciales, contrata sus servicios para que se encargue de la educación de nuestro protagonista, el maestro japonés aprovechará para aprender en secreto el estilo de wushu de la familia, espiando al padre del protagonista mientras ejecuta diariamente diversas rutinas marciales.

La película, no obstante, evita incurrir en el por otro lado frecuente hábito de retratar al japonés como un enemigo ruin y traicionero, y Kurata tiene oportunidad de perfilar a un adversario honorable e igualmente diestro en las artes marciales, al que el destino y la imposición de su país le llevará a enfrentarse a Huo Yuanjia en uno de los clímax de mayor intensidad emocional de toda la historia del género. El inevitable duelo final no enfrenta a un honorable chino frente a un despreciable japonés, sino que ambos aparecen retratados como honorables practicantes de artes marciales que se ven impelidos a enfrentarse a muerte.



La película se preocupa igualmente en respetar los diversos estilos de lucha del modo más fidedigno posible, lo cual permite a Kurata ceñirse con fidelidad a las artes marciales japonesas frente al estilo de wushu utilizado por Leung Kar-yan. La película incluye incluso un enfrentamiento contra un boxeador ruso que permite la inclusión de otros estilos de lucha no asiáticos.

Y lo mejor de todo es el modo en el que están rodadas las escenas de lucha a lo largo de la historia, sin ninguno de los trucos y artificios por los que Yuen Woo-ping es conocido en occidente a raíz de su colaboración en "Tigre y Dragón" (2000), "The Matrix" (1999) o "Kill Bill" (2003, 2004).



Los combates se muestran aquí con vibrante claridad, para goce de los puristas del cine clásico de artes marciales, aquél en el que no es necesario recurrir a trucos que suplan el talento como luchadores de los actores protagonistas. Yuen Woo-ping puede de este modo exigir más a los actores, y dar todo de sí en unas escenas de acción excitantes y muy creativas que están muy por encima de lo que el director lleva ofreciendo al público desde el inicio de su experiencia en los Estados Unidos.

Y no podemos finalizar este apartado sin recordar que, diez años antes de "Legend of a Fighter", en 1972, el director Wei Lo tomó el asesinato de Huo Yuanjia como punto de partida para narrar una visceral historia de venganza al servicio de Bruce Lee en "Furia Oriental" ("Fist of Fury"), muy probablemente su mejor película junto con "El Furor del Dragón" ("Way of the Dragon", 1972).



En ella Lee interpreta a uno de los más avanzados alumnos de Huo, Liu Zhengsheng, el cual terminará descubriendo que, tras el asesinato de su sifu, se esconde una mezquina maquinación a cargo de los japoneses invasores, los mismos que humillan a sus compatriotas denominándolos "enfermos de Asia". Tal premisa dará pie a que Lee dé rienda suelta a toda su furia y eficacia en algunas de las más contundentes escenas de lucha de su corta carrera.

Fue tal el éxito de esta película que el mismo "Jet" Li, como ya se ha señalado anteriormente, se prestó a un remake aún mejor titulado, originalmente, "Fist of Legend", y en donde tomaría el relevo de Bruce como Liu Zhengsheng. Con semejantes antecedentes, está fuera de toda duda que la historia de Huo Yuanjia ha servido como valiosa fuente de inspiración a la hora de pergeñar algunas de las más grandes obras maestras en la historia del cine de wushu.


La pregunta inevitable, llegados a este punto, es ¿era necesaria una nueva revisión de la historia? ¿Aporta "Fearless" algo nuevo? La respuesta, por supuesto, es afirmativa. Dejemos a un lado las oportunistas y lamentables críticas de uno de los descendientes del Maestro Huo Yuanjia, el cual criticaba las licencias que se tomaba la historia de la película (especialmente aquélla por la cual el personaje muere en la película sin dar descendencia), ya que se caen por su propio peso.

En ningún momento se pretendía plasmar con matemática fidelidad la vida del personaje, sino tomarlo como referencia para contar una historia que plasme las inquietudes del actor protagonista y transmita un mensaje de esperanza y optimismo. No creo que a una obra de ficción se le deba exigir una fidelidad absoluta a la realidad, de lo contrario igualmente tendrían que haber puesto el grito en el cielo en innumerables ocasiones con respecto a tantas y tantas películas basadas en personajes históricos.


En el caso de una figura tan grande como Huo (como dirían los angloparlantes, "larger-than-life"), lo importante a mi modo de ver es una respetuosa plasmación de su cometido y sus logros, así como su mensaje. "Fearless" no sólo es una película completamente respetuosa con respecto al personaje, sino que además engrandece su legado y su contribución al mundo de las artes marciales.

No nos engañemos, "Fearless" es una película al servicio de "Jet" Li, y como tal es una película muy personal, de hecho me atrevería a afirmar que fue su proyecto más personal hasta la fecha. El actor se llegó a volcar en cuerpo y alma en esta película con el fin de hacernos partícipes de la visión de las artes marciales de una persona entregada a su práctica desde su más tierna infancia. En cualquier caso, afortunadamente, al final se impuso el sentido común y los oportunistas intentos por perjudicar la película cayeron en saco roto.


"Fearless" fue acogida muy favorablemente el día de su estreno en Hong Kong, a finales de enero de este año, disfrutando de una pingües recaudaciones en taquilla, e incluso la crítica especializada en este tipo de películas (que, para mí, es la que más cuenta en estos casos), tales como "Kung Fu CultCinema" dispensaron excelentes críticas a la que está llamada a ser recordada como una de las películas sobre artes marciales más bellas y profundas de la historia.


5. Análisis de la película

Antes de empezar es conveniente señalar que tomaré como modelo para el análisis de la película la versión estrenada en Occidente, por ser aquélla a la que hemos tenido acceso en las salas de cine y ediciones en DVD de nuestro país. En cierto modo es una lástima, ya que la versión original, estrenada en DVD como el "Director's Cut", alcanza los 140 minutos de duración, en oposición a los 104 minutos de la mutilada versión a la que tuvimos acceso por estos lares.


El comienzo de esta historia en la edición "occidental" de la película sigue un recurso narrativo característico del género épico, el inicio in medias res, trasladando al espectador al recinto en donde tendrá lugar el enfrentamiento final entre Huo y los cuatro rivales designados por la Cámara de Comercio. Cada uno de estos rivales representa una de las potencias que se estaban repartiendo China desde las últimas décadas.


La decisión de incluir tres de los cuatro enfrentamientos importantes al principio de la película supone una considerable fragmentación en la narración, la cual se desarrollará a base de una serie de flashbacks y flaswforwards que al menos nunca llegan a resultar confusos para el espectador.


Es de suponer que el director pensó que, de esta manera, podía beneficiar el ritmo de la película, adelantando tres de los momentos clave de la historia con el fin de crear un comienzo inolvidable con el que sorprender al espectador hasta el épico desenlace. A pesar de ello debo confesar que, personalmente, habría preferido un esquema lineal cronológico en la narración, tal y como puede verse en el "Director's Cut" de la película. De esta manera, se habría podido apreciar más claramente la evolución del personaje en cuanto a su forma de lucha, pero esto no es más que una preferencia personal. Tal y como está estructurada, la película tiene un arranque impactante y, ciertamente, el comienzo y el final suele ser lo que más profundamente se graba en la memoria del espectador.

En primer lugar, Huo debe enfrentarse al boxeador inglés, interpretado por un luchador de K1 llamado Jean Claude Leuyer. Leuyer, que para el papel tuvo que ganar algo de peso para conseguir un físico que se asemejara al de los boxeadores de la época, no tiene muchas oportunidades para lucirse, ya que el enfrentamiento es relativamente corto. En general el resultado es satisfactorio. Li se adapta muy bien a los ataques de su adversario y consigue noquearlo limpiamente, sin muchos aspavientos.


Tal y como ocurriera en "Danny the Dog" (2005), el actor deja que su forma de moverse y luchar exprese el grado de evolución del personaje durante la historia. Su estilo es claramente defensivo, incluso elusivo, y se basta con unos pocos certeros golpes para derrotar al adversario sin dañarlo realmente. Quizás un montaje más calmado habría podido mejorar el enfrentamiento, pero en cualquier caso no seré yo quien me queje.


A continuación, Huo se enfrenta al contendiente alemán, interpretado por Brandon Rhea, un experto en wing chun, eskrima y otros sistemas de lucha con armas. Este rival utiliza como arma una lanza de largo alcance característica de los soldados prusianos de la época, la cual dio más de un dolor de cabeza al equipo de coreógrafos e incluso al mismo Rhea, debido a la complejidad intrínseca de su uso.



Pese a dichas dificultades, finalmente consiguieron crear un resultado vistoso y satisfactorio, aunque quizás sea, de las tres, la menos vistosa. Li se muestra, como siempre, seguro y relajado con la lanza, que es además su arma predilecta. En algunas ocasiones se hace uso de arneses y cables, pero en general no se abusa nunca de dichos procedimientos durante el transcurso de la película, lo cual es de agradecer. Hasta este momento, la historia ha establecido un claro contraste entre el inmaculado (en todos los sentidos) Huo y sus ofensivos enemigos occidentales, los cuales tratan de hacerle daño sin conseguirlo.





Llegamos a uno de los momentos con mayúsculas de la película, el enfrentamiento con Anthony DeLongis, uno de los más grandes actores/directores de lucha y especialistas en el uso de armas de Hollywood, como el espadachín español. Este es, muy probablemente, el mejor combate de toda la película, a lo cual también hay que dar crédito al propio de DeLongis, puesto que colaboró con el equipo de Yuen a la hora de diseñar y planificar las secuencias de movimientos.


Al parecer, el equipo de asesores de Yuen tenía una idea algo tergiversada sobre el arte de la esgrima occidental. Esto hizo que DeLongis aprovechara la menor oportunidad para hacer algunas sugerencias con el fin de rectificar dichas ideas preconcebidas erróneas y así mejorar el combate tanto en términos de vistosidad como de fidelidad técnica para con el arte. El experto en cine oriental y colaborador de la revista "Impact", Mike Leeder, le llegó a comentar a DeLongis que, en una ocasión, un miembro del equipo de coreógrafos bromeó: "¿quién está coreografiando el combate, nosotros o el gweilo?".


Leeder, el cual realiza un pequeño cameo en la película como juez durante estos cuatro combates, fue el encargado de todo el exhaustivo proceso de reclutamiento de expertos occidentales en distintas artes de lucha a los que "Jet" Li deberá hacer frente durante el transcurso de la película.


En el caso concreto del enfrentamiento entre Li y DeLongis, el resultado final, fruto de la colaboración entre ambas partes, es sencillamente espectacular. Casi nada de primeros planos. Durante esta pelea se puede ver, limpiamente, a dos luchadores en estado de gracia, moviéndose a velocidades supersónicas y, especialmente en el caso de Li, realizando algunas maniobras que, realmente, quitan el aliento.


Se trata de una de esas luchas que merecen ser vistas varias veces y a cámara lenta de manera que uno pueda apreciar con claridad todos y cada uno de los detalles de cada intercambio de estocadas. Técnicamente, impecable, por ambas partes. Y la ejecución es encomiable. La lucha permite apreciar claramente las diferencias en cuanto a uso de la espada entre dos culturas totalmente distintas entre sí, gracias al talento de los dos actores implicados, verdaderos expertos en sus respectivos campos.


Tal fue la implicación de DeLongis en la coreografía de esta lucha, que su personaje, el cual inicialmente había sido concebido como otro gweilo traicionero y enfurecido, experimentó una honrosa modificación y, al final, ambos luchadores intercambian sus armas en señal de mutuo respeto... una modificación digna de aplauso y que no estaba en el guion original.


Es uno de esos detalles aparentemente nimios pero que contribuyen a engrandecer una película como ésta, que trata de evitar los estereotipos fáciles. A través de la lucha, ambos contendientes llegan a desarrollar un sentimiento de admiración y respeto hacia el contrario, y, al final, ya no son más enemigos, porque el concepto "enemigo" no es más que una proyección de nuestros propios miedos y temores. Como la misma madre de Huo le dijo a éste cuando era pequeño, el enemigo al que hay que derrotar se esconde en los más recónditos recovecos de nuestro propio ser.


La historia retrocede entonces en el tiempo a los años de infancia de Huo, marcados por el asma y la debilidad. Su padre, Huo Endi, está encarnado por el excelente Collin Chou, conocido en occidente gracias a su papel de protector del Oráculo en la segunda y tercera entregas de la trilogía de "The Matrix", y el cual ya se enfrentara a Li en anteriores películas hechas en Hong Kong tales como "My Father is a Hero" (1995) y "Bodyguard from Beijing" (1994).

Chou es otro excelente exponente del cine de wushu más moderno, y la película permite que el actor se luzca apropiadamente tanto en la ejecución de una rutina externa de wushu como en un efímero enfrentamiento con un rival en una plaza pública de Tianjin.


Endi da comienzo el combate con una rápida y precisa combinación de ataques que hace retroceder a su rival. Cuando va a rematarlo, frena su ataque, consciente de que su adversario está ya derrotado y de la futilidad de la violencia. El enemigo, por el contrario, lejos de apreciar aquella muestra de compasión, aprovecha la oportunidad para golpearlo y expulsarlo de la plataforma. El ignorante populacho aclama al rival que permanece en la tarima como vencedor, y Huo Endi, en señal de respeto, saluda a su rival aceptando la "derrota".


Como Maestro de artes marciales, Endi no necesita demostrar nada, no necesita el reconocimiento del pueblo, ni la fama. El verdadero Maestro no es aquel que consigue derrotar a todos sus rivales de manera inmisericorde, sino aquel que, capaz de hacerlo, opta por detener su mano y no dañar al adversario derrotado. Su hijo, sin embargo, no comprende esta actitud de su padre, e interpreta que éste ha sido derrotado por el enemigo, granjeándose una enemistad con el hijo de éste que provocará su primera derrota y el primer golpe a su propio ego.


Cegado por la rabia, Huo Yuanjia empieza a practicar a escondidas el estilo de su padre, con el objetivo de convertirse en un gran luchador y poder así vengar el honor familiar, desoyendo los consejos de su madre acerca del verdadero sentido de la práctica de wushu.


La historia vuelve a dar un salto en el tiempo. Huo Yuanjia se ha convertido ya en un experto luchador, pero también en un esclavo de su ego y su propia ambición por ser el mejor luchador de Tianjin, sea al precio que sea. Cuando tiene la oportunidad de medirse con el que lo humillara de niño, hará uso de toda su rabia para imponerse a su rival.


El enfrentamiento, que tiene lugar en lo alto de una elevada plataforma en el centro de la ciudad, es sin lugar a dudas uno de los más vistosos de toda la película, tanto por el escenario como por la exhibición de diversos estilos de wushu tales como el hung gar. Huo, encarnado por primera vez en orden cronológico por "Jet" Li, utiliza un estilo más directo y agresivo con el fin de ganar terreno y penetrar en las defensas del rival, el cual emplea una diversa gama de estilos del sur, caracterizados por una base sólida y abundancia de técnicas de puño.



Huo debe por tanto atacar su base, debilitarla, con el fin de desestabilizar a su enemigo y poder derrotarlo con mayor facilidad. Su estilo de lucha es significativamente diferente al que podía verse al principio de la película. Huo pelea movido por la rabia e impelido por el deseo primario de derrotar a su adversario al precio que sea, lo cual está a punto de costarle la propia vida al adversario. En cualquier caso, y como se verá más adelante, esta actitud no es sino el prólogo de lo que ha de venir.

A cada nuevo rival que se enfrenta, y a cada nuevo rival que derrota, más crece su orgullo como luchador. Huo aparece reflejado como alguien que necesita demostrar que es el mejor, y también alguien que necesita que la gente se lo reconozca. En otras palabras, necesita la admiración del pueblo, la efímera fama que acompaña a cada victoria.



Sin ser consciente del mundo ilusorio en el que vive, tras cada derrota invita a todos los que acuden a verlo a beber como si se tratasen de amigos íntimos. Huo no distingue, en este momento, entre verdaderos amigos, conocidos y desconocidos, y por supuesto no es consciente de que, los mismos que un día lo vitorean, serán los que lo vilipendien cuando sea derrotado.



Especialmente interesante resulta el personaje del vagabundo loco, que le recuerda continuamente a Huo cuán grande luchador es. Quizás podríamos considerar al personaje como una personalización, una externalización, de esa búsqueda sin sentido de fama y poder que experimenta el personaje. El vagabundo le recuerda continuamente al protagonista lo que éste más desea, provocando la satisfacción de su ego. Pero, en realidad, el vagabundo loco no hace sino reflejar la misma locura que anida en su propio interior.



Cuando Huo ve llegar el momento en el que finalmente será declarado como el mejor luchador de toda Tianjin, un nuevo adversario se antepone en su camino, el maestro Qin. Hay una escena en la película que es sumamente representativa acerca del estado de convulsión espiritual en la que se encuentra perdido el personaje.


Tras una discusión con su único, verdadero amigo, el cual le recrimina el camino que está siguiendo, aparece un grupo de discípulos transportando en una camilla a uno que parece estar herido. La reacción inicial de Huo es de amonestación a sus alumnos por meterse en problemas, mas cuando le comentan que el responsable del estado en el que se encuentra su alumno no es otro que el mismo maestro Qin, entonces Huo experimenta una incontrolable rabia hacia quien, por otro lado, se antepone en su camino a lo más alto como luchador de artes marciales.


La agresión al alumno se torna, directamente, en agresión indirecta al maestro y a su orgullo como luchador. Por este motivo, aunque inicialmente no tenía la intención de buscar venganza por lo ocurrido, desde el mismo momento en el que el origen del conflicto se personaliza en su rival, Huo se deja arrastrar por la ira e irá a ver al maestro Qin con el fin de retarlo a un duelo a muerte.

En esta escena podemos ver ya a un Huo totalmente perdido y fuera de sí. Su enfrentamiento con el maestro Qin representa el necesario punto de inflexión en la evolución del personaje. Tras una brutal lucha en el interior del restaurante, Huo mata por primera vez a su rival, porque, a diferencia de un verdadero maestro de artes marciales, no posee control de sí mismo y de su técnica. La técnica está al servicio de sus emociones, las mismas que se han apropiado de sus actos.


El enfrentamiento con el maestro Qin está coreografiado de modo similar al que tuvo lugar en lo alto de la plataforma, con algún que otro uso de arneses y cables y el empleo de un estilo muy ofensivo y directo por parte de Li. El funesto resultado de aquel combate acarreará funestas consecuencias. La violencia engendra violencia, y los familiares de Qin deciden vengarse asesinando a sangre fría a la familia de Huo.


Éste, fuera de sí, aún vuelve a casa de los Qin a matar a su vez al causante de la muerte de su madre e hija, y es en este momento cuando se da cuenta de la espiral de violencia en la que se encuentra hundido, así como también en la futilidad de su desgraciada existencia. Cuando sus discípulos le comentan entonces que fue su propio alumno el que provocó al maestro Qin, alentando el enfrentamiento al insultar a su concubina, Huo Yuanjia decide autoexiliarse y marcharse de la ciudad, asqueado por los "logros" conseguidos y el sufrimiento que ha traído a sus seres queridos y a sí mismo.


Sin deseos de vivir, Huo vagará como un autómata, impelido por un extraño impulso, que le llevará fuera del país, a una remota aldea rural en Tailandia donde será rescatado de la muerte por una muchacha ciega que vive con su madre en pleno contacto con la naturaleza. En este momento da comienzo una nueva etapa en la vida del protagonista, durante la cual Huo podrá reencontrarse consigo mismo y purificar su karma a través del trabajo y la vida en plena naturaleza.


Todo este bloque argumental implica un cambio significativo en el tempo narrativo de la historia, que adquiere durante toda su exposición un carácter más calmado, contemplativo, en claro contraste con la anterior etapa en la vida de Huo Yuanjia. Los aldeanos aparecen caracterizados como personas sencillas y poco importantes, pero que comprenden los ritmos de la naturaleza y saben adaptar su vida a dichos ritmos y cambios.


En general se puede apreciar una cierta serenidad taoísta en algunos momentos, como por ejemplo aquélla en la que el protagonista debe colaborar en las tareas del campo plantando en los campos de cultivo. En ese momento Huo se dará cuenta nuevamente de hasta qué punto se ha convertido en un esclavo de su propio ego.


Cuando ve que los demás campesinos están realizando sus labores más rápidamente que él, entonces Huo volverá a ceder al deseo por competir para demostrar que él puede ser el más rápido de todos. Y las consecuencias vuelven a ser perjudiciales, obligando a la joven ciega a corregir su error y a enseñarle a Huo la importancia de fluir con el "Dao" y respetar a los demás.


Tras varios años de auto-impuesto exilio, Huo llega a alcanzar la paz interior necesaria para convertirse en un verdadero maestro de artes marciales, y llega un momento en el que vuelve a sentir la necesidad vital de reanudar su práctica.

En el que es sin lugar a dudas uno de los momentos de mayor belleza de toda la película, se puede ver a "Jet" Li ejecutando, con la perfección técnica que le caracteriza, una forma de wushu en plena naturaleza, fluyendo con pasmosa naturalidad y arropado por la exquisita música de Shigeru Umebayashi. Ver a Li moverse es todo un espectáculo para la vista, pura poesía en movimiento, y ésta es sin lugar a dudas una de las mejores demostraciones de wushu de las que el actor nos ha brindado a lo largo de toda su carrera.


Esta escena marcará un punto de inflexión en la evolución del personaje durante su exilio en la aldea tailandesa. Huo ha alcanzado un grado más profundo de comprensión acerca de lo que implica la práctica de artes marciales, y ya está por tanto preparado para regresar a su tierra natal a corregir los errores cometidos y pedir perdón tanto a los familiares del maestro Qin como a sus mismos amigos y parientes aún con vida.



Huo se encuentra con una ciudad distinta a la que dejara años atrás, sumida bajo el control de potencias extranjeras dispuestas a mermar el espíritu de la nación. Allí lee en un periódico local que un forzudo extranjero llamado Hércules O´Brien tacha a sus compatriotas de "enfermos de Asia", retándolos a medirse con él en un duelo auspiciado por las mismas potencias imperialistas a las que les interesa mantener por los suelos el espíritu de la nación repartida. Entonces decide ver a su amigo de la infancia, Jinsun, para conseguir fondos con los que poder permitirse luchar con el aparentemente invencible Hércules. Y así, con este decisivo enfrentamiento, da comienzo la recta final de la película.


Y digo decisivo porque será éste el primer enfrentamiento del Maestro Huo Yuanjia si seguimos un orden cronológico de acontecimientos. Será la primera vez en las que Huo podrá poner en práctica lo aprendido durante su retiro espiritual, que sin duda le será de utilidad contra un adversario del tamaño del wrestler. Esta pelea, sin ser una de más brillantes en su ejecución, sí es, para mí, una de las más hermosamente concebidas.


Consciente de la diferencia de tamaño y de fuerza, y no deseando volver a herir de muerte a nadie más, Huo debe hacer uso de un estilo más suave y fluido, claramente defensivo, y basado en algunas de las premisas de estilos internos como el taiji quan. Como consecuencia, en vez de ofrecer resistencia a los ataques, el Maestro se limita a ceder y devolverle su propio ímpetu.

Yuen Woo-ping saca provecho de la formación como wrestler de Nathan Jones (al cual ya hemos visto recientemente en la espectacular "Tom Yum Goong", 2005), el cual utiliza agarres y técnicas propias de este deporte, zarandeando, aplastando y arrojando a su rival por los aires como si se tratase de un viejo saco.


Especialmente brillante es el comienzo del enfrentamiento, cuando Huo le comenta al promotor del combate que la tradición de realizar combates a muerte es una mala costumbre de China, pero que ellos tienen otra costumbre que es "conocer al adversario por medio del wushu". Acto seguido coloca la palma de su mano en el torso del rival y, utilizando todo su cuerpo, proyecta energía en un súbito fa jing que hace retroceder varios pasos a su adversario.


Hay otro momento destacable durante el cual, ante un puñetazo de su adversario, Li envuelve el puño con sus dos manos y, agarrando todo el brazo, utiliza su propia energía para proyectar al suelo al gigante occidental. Como antes comenté, es uno de los momentos más interesantes de toda la película, donde Li utiliza un estilo suave y blando con el que contrarestar la fortaleza física de Jones.


Y, como ocurriera con el espadachín español, tan pronto Huo derrota a su adversario sin hacerle daño, llegando incluso a salvarle la vida, esto hará que Hércules vea a su rival desde otra perspectiva, y se dé cuenta de hasta qué punto ha sido manipulado. Los rivales de Huo, por lo general, no aparecen retratados como personas ruines y mezquinas, al menos no aquéllos a los que se enfrenta (si acaso con la única salvedad del contendiente alemán). Todos aparecen retratados como luchadores con honor que saben reconocer cuándo han sido derrotados.


Justamente antes de la aguardada lucha final entre Huo y Tanaka, el contendiente japonés, tiene lugar una profunda conversación en un hermoso jardín japonés entre ambos que permite a ambos rivales conocerse en profundidad y también llegar a admirarse mutuamente. Allí, en la serenidad del apacible entorno, los dos expertos en artes marciales mantienen una interesante discusión acerca de la superioridad o inferioridad de distintos tipos de té en alusión a los distintos estilos de wushu y, por extensión, a las distintas artes marciales.


Por supuesto, esto es una clara referencia a la ya clásica rivalidad entre maestros de artes marciales procedentes de China y Japón, la cual ha dado pie a verdaderos clásicos tanto del cine de wushu (por ejemplo "Ninja in the Dragon´s Den", de 1982, o las anteriormente citadas "Legend of a Fighter" y "Secret of the Shaolin Poles"), como del wuxia (por ejemplo "Duel to the Death",de 1983).

La postura de la película es una de conciliación entre ambas tradiciones. Ninguna es superior a la otra y la eficacia de un estilo frente a otro depende, en última instancia, del grado de habilidad o kung fu alcanzado por el practicante de cada estilo, como declara el personaje interpretado por Li durante esta hermosa escena.


Otro de los grandes aciertos de la película es el tratamiento que recibe Tanaka, un personaje de mayor profundidad y peso en la trama de la historia, y que por tanto requería de un actor de sólida formación antes que un experto en artes marciales. Este fue el motivo de la elección de Shido Nakamura, el cual nos brinda una soberbia interpretación de un honorable maestro de budô japonés.


Durante el enfrentamiento final, resulta evidente que no se trata de un "bueno" contra un "malo", sino de una lucha entre dos expertos Maestros con mayúsculas en sus respectivas artes, dos personificaciones de lo que debe ser un buen practicante de artes marciales, ya sea wushu o budô. Al fin y al cabo, todo es lo mismo.


El verdadero enemigo no está en la tarima, sino arriba en las gradas, los mismos promotores a los que les interesa que la balanza se incline a favor de Japón por cuestiones políticas. El propio Tanaka no es sino una marioneta utilizada por el delegado japonés para cumplir sus objetivos, aunque finalmente demostrará que no es una persona que pueda ser chantajeada o engañada tan fácilmente.

La primera parte del duelo final es otra de las mejores escenas de lucha de la película, permitiendo a "Jet" Li demostrar su maestría con el espectacular bastón de tres secciones, frente a la katana empleada por Nakamura. Como ya apuntáramos, éste no es un artista marcial, y es doblado en las maniobras más complicadas durante los dos combates.


No obstante, la atención del espectador está centrada, casi exclusivamente, en "Jet" Li y su manejo del bastón, por lo que realmente pasa totalmente desapercibido, pero esta desigualdad a nivel técnico entre los dos contendientes hace que me decante por el duelo con Anthony DeLongis como el mejor ejecutado de toda la película. En uno de los momentos más intensos de la lucha, ambos contendientes intercambian sus armas.


Huo utiliza la katana como si se tratase de una espada china o dao, y Tanaka tiene un desafortunado accidente tratando de controlar su propia arma, lo cual da pie a varias carcajadas por parte de la audiencia. Consciente de que ninguno de los dos está cómodo con el cambio, Huo accede a intercambiar de nuevo las armas, en otro de tantos bonitos gestos que aparecen por toda la película. Y continúa la encarnizada batalla, que termina en un políticamente correcto empate entre ambos contendientes.


Es entonces cuando, de cara al enfrentamiento con manos vacías, el delegado japonés pone en práctica su plan para asegurarse de su triunfo, un triunfo que garantizaría la humillación de un pueblo que ve en Huo Yuanjia todo un modelo de inspiración que les anime a seguir adelante y no dejarse avasallar por los invasores extranjeros.


No contento con organizar un duelo entre Huo y nada más y nada menos que cuatro contendientes sucesivos, el diplomático japonés se asegura de envenenar la bebida de Huo para garantizar su derrota. Como ya se ha comentado con anterioridad, el verdadero Maestro falleció por la misma causa, pero en una situación muy distinta. Ya se sabe, esto es el cine y se busca por encima de todo contar una historia de proporciones épicas para deleite de los espectadores.



Cuando el maestro chino se da cuenta de que ha sido envenenado, ya es demasiado tarde para ir a un hospital, ya que la toxina ha entrado en la sangre y los efectos son irrefrenables. La decisión del maestro es no morir en una cama en la habitación de algún hospital, sino en la propia tarima, y es entonces cuando da comienzo la segunda parte del duelo, en donde Tanaka ha cambiado convenientemente su kimono para hacer frente al adversario utilizando el karatedô.

La música se torna lúgubre adagio que anuncia el resultado de una muerte anunciada. Pero Huo aún tiene una lucha que ganar. No contra Tanaka, sino contra sí mismo. Hay un momento en el que Huo parece estar de nuevo cegado por la rabia y el deseo de derrotar a su adversario. Entonces, cuando está a punto de propinarle el golpe fatal que acabara con la vida del maestro Qin, Huo frena el golpe y, en ese momento, esbozando una sonrisa de apacible serenidad espiritual, se desploma al suelo.


Huo Yuanjia ha alcanzado el mismo estado de comprensión de su padre, ha conseguido derrotarse a sí mismo, a su ego, y como tal ha alcanzado la redención durante tanto tiempo anhelada. Es, sin duda, el momento más emotivo de toda la película, por lo que esto conlleva e implica.


Pero también Tanaka resulta vencedor en aquella contienda. No vencedor sobre Huo, sino sobre sí mismo y sobre los que intentaban manipularle. Cuando estaban a punto de proclamarlo vencedor, Tanaka interrumpió al juez y declaró vencedor a Huo Yuanjia, consciente de la injusticia que se había cometido, y de cómo los diplomáticos de su propio país estaban dispuestos a arruinar la reputación de Japón y del arte del budô como medio para alcanzar sus objetivos.


Y llegamos al epílogo de la película, que para un servidor es el momento con mayúsculas de toda la película. Antes de morir, Huo tiene una visión en la que se ve a sí mismo en el campo, durante una noche estrellada, vestido con una impoluta túnica blanca, practicando wushu con exquisita fluidez y sosiego. Esta escena, que en la edición estrenada en cines europeos aparece tristemente acortada, supone un broche de oro a una hermosa película sobre lo que constituye la esencia de las artes marciales.

Si ver a "Jet" Li practicar estilos más dinámicos o "agresivos" es ya motivo de ensimismamiento, cuando se trata de estilos más lentos la experiencia alcanza unas cotas verdaderamente sublimes. Acompañado por la angelical, etérea y preciosa música de Umebayashi, Li fluye con exquisita suavidad y delicadeza. Su personaje se ha redimido y, tras alcanzar el grado más elevado en su práctica de wushu, es ya uno con el Universo, es uno con el gran Dao.


La escena alterna momentos en los que se ve a la chica ciega que tanto contribuyó al despertar espiritual del personaje, saliendo de su casa para reencontrarse con Huo, no en este plano de existencia, sino en otro más elevado, más celestial. Y allí puede ver a un Huo Yuanjia diferente al que conociera en aquella otra vida, una persona que se ha aceptado a sí misma y que ahora puede expresar la armonía del propio universo a través de su wushu.



6. Conclusiones finales

La expectación generada por este proyecto era tan alta que no resulta del todo sorprendente encontrar quienes consideran que la película podría haber dado mucho más de sí en lo que atañe a las coreografías de lucha. A esta opinión sólo puedo estar de acuerdo parcialmente.



Es cierto que la edad dorada del cine de artes marciales de Hong Kong ya hace tiempo que ha pasado, y también es cierto que la película podría haber prescindido de innecesarios retoques digitales, primeros planos o cables en varias escenas. Así mismo, también podrían haberse permitido secuencias más extendidas de movimientos durante las luchas.


Sin embargo, "Fearless" no está concebida como una película de brutales e impactantes peleas a lo "Ong Bak" (2003), sino como algo mucho más profundo en el que los distintos enfrentamientos que sazonan la historia cumplen un cometido específico dentro de la misma. Considero que es un error valorar una película de artes marciales únicamente en lo relativo a la espectacularidad de los  enfrentamientos, ignorando así las maravillosas demostraciones de formas de wushu que nos regala el actor a lo largo de la película. No hay que olvidar, y esto es sin duda lo más importante, que en esta película las coreografías de lucha cuentan una historia, ya que reflejan el grado de evolución interna del personaje. Por eso alcanzan, aquí, unas elevadas cotas tanto artísticas como dramatúrgicas. Las escenas de lucha son el vehículo a través del cual se expresan los personajes, a través del cual llegamos a conocerlos. Cumplen una función en la historia. En ese sentido, "Fearless" eleva el cine de artes marciales a la categoría de ARTE.


"Fearless" está concebida como vehículo para el lucimiento de "Jet" Li en diversas exhibiciones de auténtico virtuosismo: espada, lanza, bastón de tres secciones, bastones, taiji quan , fanzi quan ... el actor demuestra, por si a alguno aún le quedaba alguna duda, por qué es una de las figuras más importantes del cine de artes marciales moderno. Y si éste es realmente su "adiós" a este tipo de producciones, lo único que puedo comentar es que difícilmente podría haberlo hecho de mejor manera. "Fearless" es todo un testimonio de una persona que ha alcanzado una comprensión muy profunda sobre lo que implica practicar artes marciales.


El único defecto que le achaco a la "versión" estrenada comercialmente en nuestros cines, como ya comentara anteriormente, es la abominable mutilación a la que ha sido objeto, la cual ha dejado bastantes partes sin desarrollar. Dicha versión, además, elimina toda una subtrama con un personaje interpretado por Michelle Yeoh, así como también un enfrentamiento con un experto en boxeo tailandés. Y algunas de las luchas que sí están incluidas se encuentran tristemente acortadas, todo con el fin de reducir una película de, originalmente 141 minutos, a poco más de 100 minutos. Indignante.


Pienso que ésta es una de esas películas en donde es fundamental respetar la visión original del autor sin doblegarse a imposiciones comerciales, de manera que animo a todos aquellos a los que les haya gustado esta joya que traten de conseguir la versión original extendida con todo el metraje de la película. Mientras tanto, siempre podemos contentarnos con esta versión reducida, la cual, no obstante, hace total justicia a una historia que demuestra que el cine de artes marciales, el buen cine de artes marciales, también puede ir dirigido al corazón del espectador. Y a su misma alma.


7. La banda sonora

Tras su implicación en "La Casa de las Dagas Voladoras" ("House of Flying Daggers", 2004), el compositor japonés Shigeru Umebayashi vuelve a colaborar en una épica historia china de artes marciales, con resultados igualmente sobresalientes. Existen actualmente dos ediciones de esta exquisita obra, una de ellas proveniente de Japón y con el título por el que la película es conocida en dicho país, "Spirit"; la segunda edición, de horrenda (y para nada acertada) carátula, es la comercializada en occidente por Lakeshore Records y titulada "Jet Li's Fearless".


Y el motivo por el que hago referencia a estas dos ediciones es porque difieren considerablemente en lo que a la presentación del material musical de Umebayashi se refiere. La edición nipona cuenta con 21 cortes de mayor duración, mientras que la edición de Lakeshore Records está estructurada en nada más y nada menos que 36 cortes, la mayoría de muy corta duración.


No toda la música incluida en una edición aparece en la otra, y no todos los temas que aparecen en una edición lo hacen en su integridad en la otra. Los títulos de los cortes y los temas, por supuesto, tampoco coinciden siempre. Al final, por muy frustrante e irritante que pueda parecer, lo ideal sería tener las dos ediciones, ya que, por muy ilógico que pueda parecer, se complementan perfectamente.


Mientras que la edición japonesa es la mejor en lo que a estructuración y presentación de la música, la otra edición trae música adicional bastante interesante y que, por algún motivo que desconozco, no aparece recogida en la anterior edición. Un caos, vamos. A lo largo de este apartado utilizaré como modelo para el análisis la edición nipona.

En términos generales, la banda sonora de "Fearless" está elaborada a partir de tres temas claramente diferenciados: 1) el primero de ellos aparece en el corte que lleva por título "Wu Shu Jing Shen". Este tema, que puede escucharse al comienzo de la película, está asociado al espíritu del arte del wushu, y en definitiva a los mismos valores que el maestro Huo quiso fomentar con la creación de su célebre escuela "Jing Wu Men".

El característico sonido de la flauta china dizi entona una bella, delicada y solemne melodía que acompaña a Huo mientras realiza su rutina de wushu en plena naturaleza. Es una música sencilla, pero evoca una rica amalgama de emociones. Este exquisito tema crece en intensidad con la gradual incorporación de la orquesta, hasta su conmovedor crescendo final;

2) el segundo tema está asociado al personaje protagonista, y puede escucharse por vez primera en el corte "Huo Yuan Jia's Theme". En este caso, la música suena poderosa y majestuosa, secundada por el tronar de los tambores, enfatizando la grandeza del personaje y su trascendente contribución al mundo de las artes marciales en una época especialmente dura para su pueblo.


Este tema aparece por vez primera en la película cuando Huo Yuan-jia marcha a enfrentarse con su rival de la infancia en lo alto de la plataforma, arropado por el clamor del público, y vuelve a escucharse en el corte "Fearless Men", que se corresponde con el momento en el que Huo cae muerto tras su victoria en Shanghai y es vitoreado por su pueblo. En este corte el tema adquiere, como es de esperar, unas proporciones realmente épicas;

3) finalmente, el tercer tema principal está asociado a la relación entre Huo y la muchacha ciega que tanto contribuirá a su despertar espiritual, Yeuci (conocida en la versión occidental como "Moon"). Dicho tema aparece por primera vez en el corte que lleva por título "Yuan Jia y Yeuci".

                              

Si el tema asociado al personaje Huo Yuan Jia transmite una idea de fortaleza, valor y heroismo, este tema por el contrario incide en el componente más humano y espiritual del personaje. Es nuevamente un tema sencillo, pero derrocha un intenso y delicado lirismo, y constituye uno de los momentos más emocionantes y sublimes de todo este trabajo, especialmente en la versión que puede escucharse en el corte "Theme of Yuan Jia and Yeuci", que se corresponde con el antológico epílogo de la película.

Una vez identificados y analizados los principales motivos temáticos de esta obra, se impone un comentario pormenorizado de todos y cada uno de los cortes que conforman la edición discográfica. Dado que estos se encuentran distribuidos de manera aleatoria, se ha optado por alterar el orden en el que aparecen agrupados con el fin de poder analizar la relación entre música e imágenes tal y como aparecen incluidos en la película.

Jing Wu Men (1:46). Tal y como ya se ha apuntado anteriormente, en este corte se presenta el tema principal que abre y cierra la película y que también puede escucharse durante el retiro de Huo en la aldea tailandesa, mientras practica artes marciales en plena naturaleza.

8 Girls Playing Drums (Gun He Tao) (1:45). Este tema de tambores se escucha al inicio del torneo final en Shanghai, justo antes del comienzo del primer enfrentamiento entre Huo y el boxeador inglés. Más adelante, durante una demostración de wushu a cargo del padre de Huo, se puede escuchar un tema de tambores muy similar a éste.

Shanghai Fight (3:34). Sin lugar a dudas el mejor corte de acción de todo este trabajo. Esta emocionante música, que se escucha durante los combates de Huo Yuanjia contra los cuatro adversarios propuestos por la Cámara de Comercio, toma como base una variación del tema de Huo Yuanjia, aunque es la adrenalítica percusión la verdadera protagonista de este vibrante tema, parte del cual también puede escucharse durante el enfrentamiento entre Huo y Hercules O'Brien .



Huo Yuan Jia´s Theme (2:12). Primera interpretación del tema principal asociado al personaje protagonista, que puede escucharse justo antes del combate sobre la plataforma en Tianjin.

Tianjin Fight (3:36). Nuevo tema de acción, que se escucha durante el combate entre Huo Yuan Jia y su rival en lo alto de una elevada plataforma. La música tiene un carácter casi ritual, sustentada principalmente en una poderosa percusión a la que se incorpora un frenético motivo para cuerdas.

Qin Comes In (2:15). Este lúgubre y siniestro tema se escucha antes del enfrentamiento entre ambos maestros, cuando Huo reta al maestro Qin a un duelo a muerte, interrumpiendo su celebración de cumpleaños. La música refleja perfectamente la tensión que se palpa durante la escena.

Sword and Fist (2:26). Este tema se corresponde con el enfrentamiento entre Huo y Qin en el restaurante de Jinsun. Una agresiva percusión entona primitivos ritmos que cobran absoluto protagonismo durante la mayor parte del corte.

Painful, Deep Grief (2:02). Al principio de este corte puede escucharse una conmovedora variación del tema de Huo, concebida a modo de triste adagio, y que puede escucharse en el momento en el que el protagonista descubre la aniquilación de su familia a manos de uno de los descendientes del maestro Qin al que el propio Huo acaba de asesinar.

Yuan Jia Falls Into the Water (1:12). Este tema marca el comienzo de un nuevo capítulo en la historia del personaje, la redención de Huo en la aldea tailandesa. La música durante todo este tramo de la película adquiere adecuadamente un tono menos bélico y tribal, a favor de una cualidad más bucólica y espiritual. Consecuentemente, laúdes, flautas y angelicales voces femeninas pasarán a reemplazar el sonido de los tambores y las cuerdas presentes en los anteriores cortes. Este tema en concreto puede escucharse durante la escena en la que Huo va hundiéndose en las profundidades de un río, hasta que es rescatado por Yeuci y su abuela.



Children Play with Dragonflies (1:00). Este tema se corresponde con uno de los momentos más oníricos y mágicos de la película, cuando Huo acompaña a unos niños a jugar con las libélulas. Guitarras y celestiales voces secundadas por la orquesta conforman este emotivo aunque breve tema.



Spirit (1:58). Este corte presenta un nuevo y bello tema en donde, nuevamente, el sonido de la flauta dizi, arropada por las cuerdas, evoca paisajes naturales de belleza inmaculada.



Landscape to Season Changes (1:08). Otro hermosamente atemporal tema que se escucha durante el retiro de Huo, en este caso concreto para ilustrar el cambio de las estaciones y su efecto en el embriagadoramente hermoso paisaje.


Yuan Jia and Yeuci (2:01). Este corte introduce por vez primera en la película el tema asociado a los dos personajes, ilustrando los estrechos vínculos afectivos que se van forjando entre ambos, y puede escucharse durante la escena de la despedida, cuando Huo decide volver a Tianjin.

Long Road to his Home (4:27). Este bello tema acompaña a Huo en su regreso al hogar, en donde deberá pedir disculpas por sus errores del pasado y purificar su karma.



Jinsun and Yuan Jia (1:42). Al derrotar a Hercules O´Brien, Huo y Jinsun se reconcilian tomando una taza de té y hablando sobre su nuevo proyecto en común, la fundación de la escuela "Jing Wu Men".

Tea Ceremony (Hasu) (1:04). Como su propio nombre indica, este tema se escucha durante la conversación que sostienen Huo y Tanaka mientras toman una taza de té. Instrumentos japoneses como la flauta shakuhashi recrean una sosesgada atmósfera zen en consonancia con el bello emplazamiento en el que tiene lugar el encuentro entre ambos maestros.

Fight with Tanaka (2:19). La percusión vuelve a ser la absoluta protagonista de este tema de acción que se escucha durante el enfrentamiento con armas entre Huo y Tanaka.

Final Fist (3:42). Cuando se da cuenta de que ha sido envenenado y que ya es demasiado tarde para él, Huo decide volver a la tarima y proseguir su combate con Tanaka. Como él mismo le explica a su buen amigo Jinsun, uno no puede elegir cómo o cuándo empezar su vida, pero sí puede elegir cómo o cuándo terminarla. La percusión pasa a un segundo plano, dando paso a una emotiva sección para cuerdas que se escucha durante los últimos y cruciales momentos del combate, en los que el desenlace del combate parece incierto. El corte introduce entonces un emotivo adagio que presagia la inevitable muerte de Huo Yuan Jia.



Fearless Men (1:27). Tras la victoria y la muerte de Huo, la multitud allí congregada se apresura a correr a la tarima a vitorear a su héroe caído, mientras que Tanaka abandona el recinto, acosado por un furioso delegado japonés que le recrimina su comportamiento, poniendo en entredicho su lealtad hacia Japón. Este corte vuelve a introducir el tema principal asociado al personaje, pero en un tono más épico y solemne de acorde con las circunstancias.



Theme of Yuan Jia and Yeuci (2:02). Lo último que ve Huo Yuan Jia antes de morir es a sí mismo practicando artes marciales bajo una noche estrellada, para reencontrarse después con Yeuci, ya convertido en un hombre muy distinto al que ella conociera años atrás, cuando huía desesperado de su pasado en Tianjin. La escena está introducida por un frágil y angelical canto de mujer, mecido por una atemporal y celestial música que da paso a una emotiva interpretación del tema asociado a los dos personajes, el cual suena en todo su esplendor y belleza sugiriendo el reencuentro final de los dos personajes en otro plano de existencia.

Lullaby (Play this Tune for You) (4:36). Bellísimo "bonus track" que puede escucharse durante los créditos finales de la película en su edición europea (en la edición china aparece un tema pop bastante hortera) y que desarrolla con exquisita sensibilidad el tema vocal escuchado al principio del anterior corte. La música evoca bellos e inhóspitos paisajes de pureza inmaculada, y supone un perfecto colofón a una banda sonora excepcional. La edición nipona es la única de las dos que trae este hermoso tema en su integridad, ya que la versión incluida en la edición de Lakeshore es bastante más corta.

Como conclusión, debo decir que Shigeru Umebayashi puede estar satisfecho de este trabajo, habiendo contribuido sobremanera al espíritu de una película que no habría sido la misma sin su música. Obras como ésta sirven de testimonio palpable del increíble talento musical que puede encontrarse en países como China o Japón, talento que no tiene nada que envidiar al del resto del mundo, y que seguirá proporcionando al melómano, sin la menor duda, más de una grata sorpresa en el futuro. Y que así sea durante muchos, muchos años.


Calificación de la película: ***** de *****

Calificación de la banda sonora: **** de *****


1 comentario:

  1. muy buena reseña espero conocer mas sobre tu blog y me puedas dar recomendaciones para este tipo de cine que tiene muy buen contexto y calidad saludos

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