sábado, 26 de junio de 2010

La casa de los 1000 cadáveres (House of 1000 Corpses, 2003): Análisis de la película y su banda sonora.





Dir. Rob Zombie
Int. Bill Moseley, Sid Haig, Sheri Moon Zombie
89 min. EE.UU.




1. La película


"Howdy Folks, you like blood, violence, freaks of nature? Then come on down to Captain Spaulding's Museum of Monsters and Madmen. See the alligator boy, ride my famous murder ride, but most of all don't forget to take home some of my tasty fried chicken, it just tastes so damn good."


Con estas palabras empieza el debut cinematográfico del músico Rob Zombie, que lleva el sugerente título de "La Casa de los 1000 Cadáveres" (House of 1000 Corpses), planteada como un homenaje sui generis al cine de terror de los 70, al que este film alude constantemente, tanto en su estética como en su planteamiento argumental.






Muchas trabas ha tenido que superar Zombie para poder ver su film distribuido y en exhibición en las salas de cine. En principio la película iba a ser estrenada en el 2001, pues contaba con el apoyo monetario necesario de los estudios Universal, hasta que un buen día los ejecutivos de la productora le dijeron al director que su película, sin desmerecer artísticamente, tenía un tono demasiado oscuro y, digamos, políticamente incorrecto como para que pudieran permitirse el lujo de arriesgar dinero con la misma.



Los estudios de la Metro Goldwyn Mayer fueron los siguientes en comprar los derechos de distribución, pero la relación no fructificó igualmente, y la película vio de nuevo su estreno atrasado e incluso postergado sine die, sin ninguna esperanza de que algún día el film de Zombie pudiera exhibirse en una sala de cine.

Afortunadamente, en el 2003 la Lions Gate Entertainment, famosa en aquellos tiempos por distribuir cine de terror poco convencional (sirva como ejemplo la igualmente magnífica "May", estrenada un año antes) tomó el relevo y financió el estreno de la película en algunos cines americanos. Y de ahí pues la película cruzó el charco y llegó a las pantallas españolas. Y, ciertamente, la película no debió de haber ido muy mal en la taquilla, dado que Zombie estrenaría, dos años más tarde, su igualmente estupenda secuela, "Los Renegados del Diablo" ("The Devil's Rejects").



Realmente resulta comprensible, que no justificable o aceptable, la reticencia con que muchos ejecutivos trataron esta película. "La Casa de los 1000 Cadáveres" es una película de terror macabro, sádico y enfermizo, una brutal pesadilla que supone un más que encomiable debut cinematográfico de Rob Zombie.

La película no parte de un guión original, ya que bebe a partes iguales de influencias de otros clásicos del género como son "La Matanza de Texas" de Tobe Hooper, "2000 Maníacos" de Herschell Gordon Lewis o "Las Colinas Tienen Ojos" de Wes Craven. Un cuarteto de jóvenes se adentran en la América profunda en busca de información sobre leyendas rurales, y en su seno encontrarán un horror impensable en la comodidad de la urbe y para el que no estaban preparados, lo cual constituye un tópico recurrente en la historia del terror americano.



En el caso de "La Casa de los 1000 Cadáveres", el horror estará personificado por una familia de lo más peculiar que nada tiene que envidiar a la del célebre Leatherface de "La Matanza de Texas". Las concomitancias entre ambas películas son más que evidentes. Al igual que en el film de Hooper, en "La Casa de los 1000 Cadáveres" los indefensos y jóvenes urbanitas se convertirán en víctimas de una dantesca y mortal pesadilla sólo concebible por la mente más retorcida y enferma.



Lo encomiable de esta película, por tanto, no está tanto en su planteamiento inicial como en su ejecución, en la manera de plasmar la acción, y en su muy especial estética, que toma influencias del espectáculo grotesco del grandguignol en una exhibición de espectáculo satánico circense realmente admirable. Es precisamente ese tono burlesco, grotesco, el que aporta al film un tono de enfermiza locura que constituye su mayor acierto a efectos estéticos.

El cine de terror ha hecho uso habitualmente de elementos asociados habitualmente a la inocencia, la felicidad y la dulzura para invertir su rol y convertirlos en elementos aterradores, en contra de las expectativas del espectador. Así, si bien un monstruo o un demonio poseen una carga inherentemente aterradora per se, que predispone al espectador a considerarlo como algo peligroso y maligno, por el contrario un payaso, un niño, una dulce muchachita o un muñeco no producen ese efecto de rechazo a priori, sino más bien todo lo contrario.



La efectividad de este recurso consiste por tanto en invertir el rol o lo esperable de ellos, y convertirlos en fuente de mal, y es ese contraste el que los hace ser mucho más espeluznantes y malignos. Pensemos en el payaso diabólico de "It" (1990), en Chucky, el "muñeco diabólico" ("Child's Play", 1988), en la "dulce" psicópata de "Audition" (1999), o en el "angelical" niñito de "Cementerio de Animales" ("Pet Sematary", 1989), por poner unos pocos ejemplos.



Esta idea de inversión está también presente en la música. ¿Cuántas veces el género de terror ha utilizado como soporte melódico estructuras como la nana, asociadas a la infancia y por tanto a la inocencia y la debilidad? En ocasiones un canto de un niño o una nana pueden resultar mucho más espeluznantes en el contexto de una película de terror que un tema cargado de potente percusión y salvajes punteos de guitarra eléctrica.



"La Casa de los 1000 Cadáveres" hace pues uso de este recurso, otorgando un halo aterrador a aquello que a priori resulta inofensivo o angelical: ahí tenemos al capitán Spaulding, un nuevo payaso satánico, al frente de lo que muy bien podría ser una atracción de feria, o la adorable Sheri Moon maquillada como una inocente y frágil muñequita mientras tararea la famosa "I Wanna Be Loved By You" tal y como la cantara Marilyn Monroe, con un cierto aire al personaje Betty Boop de los dibujos animados...



Aparte Zombie hace un uso eficaz de la cámara para otorgar a su historia de un cierto tono documental que le confiere mayor realismo. "La Casa de los 1000 Cadáveres" es una película, en este sentido, bastante sórdida, que explora el lado más decadente y salvaje del ser humano, tomando como referentes inconfesos a "Ed Gein" y otros célebres psicópatas de la historia de los Estados Unidos. A la deformidad psicológica y el desequilibrio emocional, Zombie añade igualmente algún que otro elemento de corte más directamente grotesco, como el personaje de la cara deformada, un claro homenaje a Leatherface.

Pese al uso de ciertos convencionalismos a nivel argumental, "La Casa de los 1000 Cadáveres" no es una película del todo predecible, y es que a medida que nuestros protagonistas se internan más y más en el horror de La casa, el espectador es cada vez más consciente de hasta qué punto no puede dar nada por sentado. Y es que puede ocurrir cualquier cosa. Puede que incluso se pueda anticipar lo que va a ocurrir, pero no del modo en que va a ocurrir, y ahí es donde Zombie aprovecha para impactar al espectador con una serie de imágenes brutales, no tanto por lo que puedan mostrar explícitamente como por lo que sugieren.



Aunque los personajes principales no sean el colmo de la originalidad, y siempre esté el típico graciosillo, estos nunca llegan a caer mal, o al menos no lo suficientemente mal como para que el espectador no pueda sentir algo de interés acerca de lo que les está ocurriendo. Zombie ofrece al espectador una ración tras otra de desagradables sorpresas que culminan en un desenlace realmente aterrador dentro de las catacumbas de la casa, lo cual constituye todo un literal descenso al infierno más grotesco y desquiciado que se haya visto en el cine.

Pese a lo que pueda parecer a simple vista, y como ya se ha comentado, "La Casa de los 1000 Cadáveres" no es excesivamente gore, al menos no todo lo que uno cabría esperar de una película que viene de la mano de Rob Zombie. Sin embargo, es una película bastante engañosa, ya que se toma demasiado a risa a sí misma, sobre todo en la primera parte de la misma, lo cual hace que el espectador pierda conciencia de lo que está realmente ocurriendo o a punto de ocurrir.



Cuando nos damos cuenta de que aquello a lo que estamos asistiendo es real, no es una broma o un chiste, entonces la película pone todas sus cartas sobre la mesa y no deja ni un sólo momento de respiro, agobiando al espectador con una exhibición de cine macabro a años luz de todo lo que se haya visto en el cine durante los últimos años; entonces es demasiado tarde para volver atrás, ya que estamos sumidos en una vorágine de sangre y mal gusto. Pasemos a continuación a conocer un poco más a los principales protagonistas de "La Casa de los 1000 Cadáveres".


Las Víctimas

- Bill Hudley (33 años). Parece estar al mando del grupo. Es el que conduce el coche y el responsable de la investigación que les ha llevado hasta el corazón de la América rural y salvaje. Es un aficionado a la ciencia ficción, y aunque no sea el prototipo de líder de este tipo de películas, cumple perfectamente su cometido... esto es, hasta que Otis da cuenta de él. El destino que éste le tiene deparado es sin duda uno de los más impactantes y sobrecogedores de toda la película.

- Denis Willis (29 años). Al igual que su compañera, y en clara oposición a lo que podemos ver en otras películas de terror, representa la cordura, el sentido común y la prudencia... aunque de poco le va a servir, dado lo que la familia psicópata de la película tiene pensado para ella...

- Jerry Goldsmith (31 años). Ignoro si existe algún doble sentido con lo del nombre, aunque en realidad es flaco el favor que le hacen al célebre compositor de coleta, ya que Jerry se ajusta al patrón de adolescente inmaduro, imprudente y algo subnormal, llevándose por tanto todas las papeletas para un destino especialmente... repugnante... ehem.

- Mary Knowles (30 años). Tampoco podrá evitar lo que Otis y los suyos le tienen preparado.




La Familia y otros Seres Demenciales

- Capitán Spaulding (60 años). Payaso con un sentido del humor un tanto especial (su apellido, para los que no hayáis caído, es un guiño al personaje interpretado por el gran Groucho Marx en la divertidísima "El Conflicto de los Hermanos Marx" de Victor Heerman, estrenada originalmente con el título "Animal Crackers" en 1930) y adicto al sabor de su muy especial pollo frito. Evidentemente, este estrafalario personaje, que regenta una atracción de feria sobre asesinos en serie, se toma sus aficiones muy en serio...



- Otis B. Driftwood (48 años). Es el líder de la familia, la figura autoritaria, el maestro de ceremonias satánicas de la casa. Se trata de un individuo desquiciado, enfermo, sádico, brutal, con unas inclinaciones artísticas de dudosa categoría, y capaz de acometer las mayores abominaciones de la naturaleza, en el nombre del Dr. Satán.



- Baby Jane (27 añitos). Esta preciosidad es una belleza con carita de ángel que acaba resultando ser la más peligrosa y demente de todos. Interpretada por la esposa real de Zombie, Sheri Moon, Baby arrancará suspiros a más de uno, ya sea pintada como una inocente y cándida muñequita de porcelana cantando el "I Wanna Be Loved By You" con un aire a Betty Boop o bien como una sádica y supersexy asesina que disfruta seduciendo y luego torturando a sus indefensas víctimas con una navaja. Especialmente destacable resulta su risa (en versión original, por supuesto), la cual, dadas las cualidades tímbricas de su fina voz, suena como la de una niña pequeña, lo cual contrasta y refuerza el carácter psicópata y enfermizo del personaje.





- La Madre (edad desconocida). Interpretada por la curtida actriz Karen Black, guarda cierto parecido con Baby en cuanto a su conducta y modus operandi.

- El Abuelo (72 años). El único miembro de la familia al que no vemos implicado directamente en ningún asesinato o tortura, su finalidad parece ser exclusivamente la puramente cómica, no exenta de ese aire grotesco y desquiciado que caracteriza a toda la familia.

- Rufus T. Firefly (31 años). Musculoso cómplice de los crímenes de la familia, aunque siempre se mantiene en un discreto segundo plano, junto con Fiorello Baravelli.

- Fiorello Baravelli (54 años). Una mole de enorme fuerza, supuestamente inversamente proporcional a su grado de actividad neuronal.

- Tiny (28 años). El pequeño de la casa junto con Baby. Lleva una máscara (¿de piel humana?) para cubrir su rostro, horriblemente desfigurado por el fuego provocado por su propio padre.




La película cuenta con momentos memorables. A destacar la escena en la que los policías llegan a la casa a investigar, y el momento en el que dos de ellos hacen un descubrimiento horripilante; especialmente brillante es aquel plano cenital del psicópata apuntando a un policía, que parece alargarse y alargarse como si la imagen se hubiera congelado, prolongando la agonía de la indefensa víctima... sencillamente genial...



...o la escena del baile sensual de Baby, así como las numerosas torturas perpetradas por ese grupo de tarados; la muy "especial" máscara que se confecciona Otis a partir de una de sus víctimas; y todo el tramo final, tanto la ceremonia infernal como el descenso de la protagonista al museo de los horrores más grotesco de la historia del cine, que la llevará a encararse nada más y nada menos que a la fuente de todo mal, aquel a quien iban buscando y a quien consideraban una mera leyenda rural: el mismísmo Doctor Satán.




2. La banda sonora

A estas alturas todo el mundo tendrá al menos una ligera idea del tipo de música que Rob Zombie nos tiene preparados en esta dantesca pesadilla macabra. El álbum es un "original motion picture soundtrack" en toda regla, y contiene tres tipos de cortes claramente diferenciados.

En primer lugar, están aquéllos que únicamente contienen monólogos y diálogos de la película, pertenecientes a algunas de las escenas más representativas de la película, y que suman una duración total de 2 minutos y 36 segundos: "Saddle Up the Mule", "Holy Miss Moley", "Something for you Men", "My Baby Boy", "Drive Out the Rabbit" y "Dr. Satan".



En segundo lugar, encontramos el score propiamente dicho de la película, co-compuesto por un tal Scott Humphrey y el mismo Rob Zombie en persona, y del cual el CD ofrece una más bien exigua pero satisfactoria representación de unos 12 minutos y 35 segundos: "Howdy Folks", "Stuck in the Mud", "Into the Pitt", "Scarecrow Attack", "Investigation and the Smokehouse", "The Bigger the Cushion", "Mary's Escape", "Ain't the Only Thing Tasty" y finalmente "To the House".

Algunos de estos cortes contienen igualmente fragmentos de diálogos de la película. El resto del álbum está formado por canciones vocales de muy diversa índole y que constituyen una variopinta colección de temas, algunos muy cañeros y otros con reminiscencias setenteras muy a juego con el look de la película. Veamos cada tema con más detalle.



El score compuesto por Zombie y Humphrey para "La Casa de los 1000 Cadáveres" es muy funcional, ya que recrea a la perfección ese tono granguignolesco y enfermizo que impregna toda la película. Estilísticamente no es una música muy elaborada, ya que se trata en su totalidad de una serie de atmósferas, algunas de tempo calmado, frío, siniestro, a base de sintetizador y piano, y otras más frenéticas, de auténtica locura, tejidas a base de sonidos y coros sintetizados y una percusión obsesiva y salvaje.

El primer tema, "Howdy Folks", abre con la música circense que acompaña las primeras escenas de la película, mientras que el Capitán Spaulding anuncia su pintoresco show de asesinos y dementes. "Stuck in the Mud" es uno de los mejores cortes del score, una sobrecogedora y fría atmósfera de muerte y desolación a base de piano.



"Into the Pitt" es el primer tema del score en incluir percusión, la cual va creando un ritmo simple y recurrente hasta la exasperación, que muy bien podría ajustarse a alguna de las persecuciones perpetradas por cualquiera de los lunáticos de la casa a alguna de las indefensas víctimas, secundado por unos espectrales gritos de mujer.

"Scarecrow Attack" alcanza un tempo mucho más frenético, caótico, y utiliza igualmente amenazadores coros sintetizados para reforzar el elemento aterrador de la música. Supongo que este tema pertenece al momento en el que los adolescentes intentan huir de la casa en el coche y son atacados por los maníacos.



"Investigation and the Smokehouse" y "The Bigger the Cushion" forman en realidad un único momento musical, que se corresponde con uno de los mejores momentos de la película, aquél en el que la pareja de policías, junto con el padre de una de las desaparecidas, empiezan a hacer pesquisas e investigar en la casa de la familia maníaca, para encontrarse con más de una desagradable y sobrecogedora sorpresa. La música suena contenida en todo momento, acompañando eficazmente los progresos a medida que el policía joven inspecciona la parte posterior de la casa. El sonido, formado por sintetizadores y guitarras, tiene una naturaleza malsana y enferma, que previenen al espectador de lo que está a punto de ocurrir.

Temáticamente, e incluso formalmente, se trata de una música muy simple, pero su funcionalidad está más allá de cualquier duda. Y, como ocurre con gran parte de los scores de Carpenter, la sencillez no siempre es un aspecto negativo, especialmente porque esa sobriedad sonora puede resultar más aterradora que cualquier exhibición de opulencia formal.



"Mary's Escape" prosigue con los ritmos demenciales, los coros que pronuncian hasta la extenuación breves fórmulas vocálicas, y la estridencia a base guitarras eléctricas y sonidos de ultratumba en una nueva pesadilla musical que, podemos suponer, se correspondería con la escena en la que Mary escapa de la familia, perseguida por Baby cuchillo en mano....

"Ain't the Only Thing Tasty" es una nueva delirante pieza de locura enfermiza, que utiliza sonidos y voces de la película, entre las que destacamos la espectral e infantil, y a la vez desquiciada, risa de Baby. Finalmente, "To the House" recupera el tempo calmado del primer corte del score, si bien no por ello deja de resultar inquietante y terrorífico. El sonido del teclado recuerda al gemido de algún ente espectral. Se trata de uno de los cortes de más suspense de todo el score.



En cuanto a los temas vocales, pues principalmente encontramos dos clases de canciones: a) en primer lugar, las que nos llegan de Rob Zombie, que supongo seguirán la línea musical habitual en este artista. No es precisamente el tipo de música que me gusta, pero a aquellas personas a las que les atraiga el heavy o el rock disfrutarán de esta selección de música cañera.

Podríamos destacar el corte que da nombre al álbum y la película, "House of 1000 Corpses", si acaso el único tema de Rombie que no me resulta insufrible de escuchar. Ciertamente refleja a la perfección el tono de la película, con esos gemidos estremecedores, la voz de ultratumba del cantante y los rugidos de las guitarras eléctricas;



b) en segundo lugar encontramos cortes de reminiscencias setenteras, como "I Remember You", que ayudan a situar y enmarcar la historia en un momento histórico concreto. No debemos olvidar que Zombie ambienta su historia en los 70, y hace uso de cuanto está en su mano para recrear esa década, de ahí la muy especial estética de esta película.



Hay temas como "I Wanna Be Loved by You", popularizados en su día por Marilyn Monroe y que, cantados por Helen Kane, adquieren un tono ciertamente perturbador, maligno, como si el intento de la cantante por sonar angelical e inocente produjera precisamente el efecto contrario, o a lo mejor es que después de ver a Baby cantando esa canción no puedo dejar de ver un cierto elemento aterrador en la dulce voz de la cantante...



En definitiva, no es un álbum para cualquiera, pero si os gusta la música de Zombie, o la película, o ambas cosas, se trata de un trabajo bastante recomendable, y que supone una experiencia casi tan turbadora como ver la película.


Calificación de la película: **** sobre *****

Calificación de la banda sonora: *** sobre *****

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