Sinopsis: Giovanni,
un conocido cineasta italiano, se prepara para rodar su nueva obra, una
película sobre la vida de un intelectual comunista en el fatídico 1956, año de
la invasión soviética de Hungría. Sus problemas conyugales y familiares se
unirán a los de un rodaje, cuando menos, convulso. Llevado al límite por toda
una avalancha de calamidades, Giovanni va a tener que replantearse su manera de
hacer las cosas, si es que, realmente, está dispuesto a dar un salto hacia un
futuro algo más brillante.
El gran Nanni Moretti vuelve a rodearse de algunos de sus habituales
colaboradores (Silvio Orlando y Margherita Buy, entre otros) para
regalarnos su triunfal regreso a la dirección desde “Tres pisos” ("Tre
piani", 2021). Es también su regreso a la comedia satírica después
de muchos años, y lo hace por todo lo alto con la que sin duda está llamada a
ser una de las más brillantes e ingeniosas obras de toda su filmografía.
Ya en el propio cartel de “El
sol del futuro” ("Il sol dell'avvenire", 2023) encontramos
una referencia, en absoluto velada, a una de sus películas cómicas más
apreciadas por el público, “Querido diario” ("Caro diario",
1993), estrenada justamente hace 30 años. En este caso se reemplaza la ya
icónica vespa por el patinete eléctrico para satirizar, con la agudeza y el
sarcasmo que le caracterizan, eso que llamamos "la modernidad".
Asistimos, pues, al retorno del
"alter ego" fílmico de Moretti, Giovanni, en una
conmovedora y algo utópica reflexión metalingüística sobre el arte y el oficio
cinematográfico al compás de una irresistible "playlist" en
donde brillan joyas de épocas pretéritas (siempre mejores) como el "Et
si tu n'existais pas" de Joe Dassin o, por supuesto, el
"Voglio vederti danzare" del gran Maestro Franco
Battiato.
La importancia que asigna Moretti
a los números musicales en su película hace que todos los personajes
involucrados se vean arrastrados a cantar, bailar y, en definitiva, pasárselo
bomba en una nada indisimulada complicidad con el espectador, como queda en
evidencia, muy especialmente, en el "número Battiato". En ese memorable
instante, todos los personajes deciden, de súbito, romper la cuarta pared,
interrumpir las directrices de ese guion dentro de ese otro guion e invitarnos
a "danzar como derviches tourneurs que giran sobre la espina dorsal al
son de los cascabeles del kathakali".
La querencia de Moretti
por la música del genio de Riposto es, en realidad, bien conocida (recordemos
que en su obra “Vaselina roja” ("Palombella rossa”,
1989) utilizaba con bastante acierto el tema "E ti vengo a cercare"),
y su gusto a la hora de incluirla e integrarla en la propia historia no es sino
una muestra más de la arrebatadora genialidad de Moretti.
En estos tiempos en donde, con
demasiada frecuencia, he lamentado la muerte de la comedia como género
cinematográfico, milagros como "El sol del futuro"
ofrecen un luminoso y vitalista espacio para la esperanza. Moretti es
capaz de cavilar sobre aspectos tan aparentemente desconectados entre sí como
la política, el cine, el amor, el desamor, la música, el proceso creativo del
artista, el devenir de unos tiempos peligrosamente alienantes... e integrarlos
de forma coherente y personal desde una óptica ingeniosa, reconciliadora y
siempre iluminadora.
Considerado como el Woody
Allen italiano, no nos resulta del todo descabellada la analogía (salvando
las distancias, claro). Hay momentos sumamente divertidos en esta película que
nos remiten a la obra del genio de Nueva York, como esa mordaz denuncia sobre la
absurda glorificación de la violencia tan presente en gran parte del cine hollywoodiense
más banal, o bien esa otra, aún más cáustica, ridiculización del "producto
Netflix". Toda una declaración de intenciones por parte de Moretti
que no podemos por menos que aplaudir.
Todo ello conduce, por supuesto, a un muy "felliniano" desfile final en donde todos los personajes de la película se congregan para despedirnos en un festivo carrusel de alegría y optimismo por un futuro en donde, parecen transmitirnos, nunca dejará de brillar el Sol. Bravo, Moretti. Sin lugar a dudas, una de las mejores películas del año.
Mi calificación: **** sobre *****
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