miércoles, 23 de junio de 2010

Furia de Titanes: La decadencia del cine de entretenimiento de Hollywood



Seguro que muchos os habréis encontrado alguna vez en la tesitura de criticar un cierto tipo de cine de autor, aportando argumentos tales como que el cine de tal señor "es intelectualoide, pretencioso, pedante, aburrido, un coñazo, etc etc"; o afirmar públicamente que os encantan algunas películas comerciales como "TRON: Legacy" o "The Karate Kid", ambas de este año, y recibir el desprecio condescendiente del acompañante "gafapasta" de rigor, que arremeterá contra vosotros tachándoos de "incultos, ignorantes, simples, infantiles, etc etc". 

Curiosamente, hoy día la situación parece haberse invertido hasta el punto de que, lo más normal, es encontrar actitudes igualmente radicales e intransigentes, pero desde el otro extremo de la balanza. Personalmente, cada vez es más frecuente encontrarme, especialmente en las redes sociales, con personas que arremeten, a menudo injustificadamente y con virulento desdén, contra todo cine con visos de trascendencia y que no se doblegue a los postulados del cine comercial hollywoodiense. Sentencian que "el principal objetivo del cine es entretener", y para estas personas el cine no puede, ni debe, aspirar a otra cosa que no sea ayudarlas a "desconectar las neuronas" y olvidarse de sus problemas cotidianos durante dos horas. Algo, por otro lado, muy respetable. ¿A quién no le gusta, al fin al cabo, entretenerse viendo una película? No, ahí no está el problema.



El problema está en la calidad (o falta de) del cine de entretenimiento que se factura actualmente en Hollywood... el que llega, semana sí, semana también, a nuestras carteleras, vamos. Desde este espacio me gustaría reclamar y demandar un cine de entretenimiento de calidad. Porque, como ya quedó demostrado en películas tales como "Star Wars", "Terminator", "Indiana Jones en Busca del Arca Perdida" o "Regreso al Futuro", una película puede entretenerte y, al mismo tiempo, ofrecerte un producto de calidad que no tome al espectador por idiota, implicándolo en la historia a un nivel tanto emocional como intelectual. Porque una cosa no excluye la otra. Desgraciadamente, y como antes apuntábamos, ese cine de entretenimiento de calidad es cada vez menos frecuente en Hollywood.



Cuando veo la mayoría de los blockbusters que se regurgitan actualmente, lo que veo detrás es a un grupo de avariciosos productores, a los que el arte le interesa más bien poco, dictándole el director (doblegado totalmente a los designios de aquéllos), cómo debe ser la película: cómo debe lucir, cómo debe sonar, la rancia moralina que debe programar en el espectador... de modo que la película se conforme a sus intereses y atraiga a cuanta más gente mejor para que resulte rentable. El arte del cine, porque el cine es un arte, está corrompido por la avaricia y el ansia de beneficios. En esta actual visión del cine comercial, no hay sitio para la creatividad, para lo "políticamente incorrecto", para la innovación, para el desafío al espectador... todo debe conformarse a unos reiterativos patrones rígidos e infantiloides.

Ése es el motivo por el que películas como "Transformers", "GI Joe", "La Momia 3", "2012" o el inmundo remake de "Furia de Titanes" son todas tan parecidas unas a otras. Son películas sin personalidad, dirigidas sin personalidad (no importa quién esté detrás de las cámaras, todas lucen igual), y en donde se sacrifica cualquier atisbo de originalidad y calidad en aras de brindar al espectador un producto artificial y efectista, simplista e idiota, un zafio Big Mac cuyo principal reclamo se basa en la saturación y en el bombardeo de estímulos visuales y sonoros. Sin espacio para la reflexión. Lo más triste es que muchos espectadores se conforman con esto, hasta tal punto que lo ven ya como algo natural. Consumen lo que les pongan en la mesa, por muy indigesto que sea.  




No tenemos más que comparar, por poner un ejemplo, las dos versiones de "Furia de Titanes" para apreciar hasta qué punto ha degenerado el cine de entretenimiento actual "made in USA". La película original de Desmond Davis (1981), lejos de ser perfecta, e independientemente del factor nostálgico (muy presente en estos casos para quienes crecimos durante esa década), no era sólo una sucesión de "set-pieces" de acción a cada cual más ruidos, aparatoso y abrumadoramente absurdo. En la película original los artesanales efectos especiales del Maestro Ray Harryhausen estaban perfectamente integrados al servicio de una historia en donde se daba tanto valor a la acción como a los "silencios", los diálogos y los pormenores de la historia. Hasta tal punto hemos perdido el norte actualmente, que es posible que para alguien que haya crecido viendo las películas que se hacen ahora la original pueda resultarle incluso aburrida. Qué triste, ¿verdad?

La alarmante falta de ideas del Hollywood actual les ha llevado a apostar por lo seguro, fabricando remakes de grandes películas del pasado en vez de molestarse en crear "nuevos clásicos" para las generaciones venideras. ¿Ha envejecido mal la película de Davis? En absoluto, pero pertenece a una época pasada en donde los efectos especiales no fagocitaban todo lo demás como suele ocurrir hoy día. El cine de ahora es como un parque de atracciones para niños de 10 años, y todo apunta a que la situación va a seguir empeorando en las siguientes décadas (el tiempo me dará la razón). ¿Son las películas de ahora más espectaculares que las de antes? No, son más burdas, más horteras. Sin magia. La tiranía del peor CGI, instaurando plenamente en Hollywood, ha conducido al cine de entretenimiento a la peor época de toda su historia. Lejos de asombrar y maravillar, estos efectos digitales terminan resultando inverosímiles, anodinos, irreales y, paradójicamente, mucho menos "espectaculares" que los efectos artesanales de las películas de antaño. No tanto porque el CGI, en sí mismo, sea peor, sino por el uso que hacen de él. En última instancia, la magia de los efectos especiales empleados en una película depende de las personas que haya detrás de los mismos.


 
El remake de "Furia de Titanes" ejemplifica perfectamente todo lo que estoy denunciando en este post: guion raquítico con personajes pobremente esbozados y sin el menor grado de carisma, engullidos todos ellos por esa avalancha neurótica de efectos por ordenador que hacen del "más es más" su único credo. El pobre espectador se ve así abrumado ante tamaña saturación de estímulos, engullido por la mediocridad más "idiotizante", ante lo cual lo único que puede hacer es dejar las neuronas a la entrada del cine y dejarse "lobotomizar" por un bodrio carente de cualquier virtud redentora. Son películas "neuróticas" en el sentido más literal del término.

Si hace décadas ver una película no era una experiencia muy distinta a leer un libro (salvando por supuesto las más que obvias diferencias en cuanto al lenguaje utilizado en cada medio), con esa atención al desarrollo argumental, a la caracterización de los personajes, a la planificación de las escenas... hoy día ver una película como "El Príncipe de Persia" o "Piratas del Caribe" cada vez se parece más a jugar a un videojuego. No tengo nada en contra de los videojuegos, pero cuando voy al cine, voy a ver una película, y eso es lo que espero encontrarme. Pero claro, nuevamente, si tenemos en cuenta que el arte está al servicio de la taquilla, pues no resulta difícil de entender que el cine de entretenimiento adolescente esté tan influido por toda esta estética. 


Llegados a este punto, siempre se puede esgrimir el tan manido argumento de: "pues si este tipo de películas atrae a la gente y consigue pingües beneficios en taquilla por algo será, ¿o es que los espectadores son tontos y no tienen criterio?". Lejos de considerar que millones de espectadores sean "tontos" y "sin criterio" sólo por apoyar películas como "2012", sí pienso que hemos bajado mucho el nivel de exigencia en el cine, y que la gente, en líneas generales, se conforma con cada vez menos. Es la pescadilla que se muerde la cola... si la gente reclamara productos de entretenimiento de calidad, bodrios como el remake de "Furia de Titanes" jamás habrían llegado a nuestras pantallas.
 
Gracias a dios, siempre nos quedará el DVD/Blu-Ray a esa "resistencia" que concebimos un modelo de entretenimiento no reñido con la inteligencia. O la falta de...

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