miércoles, 23 de junio de 2010
¡Repo! La ópera genética (Repo! The Genetic Opera, 2008): Análisis de la película
Dir. Darren Lynn Bousman
Int. Paul Sorvino, Anthony Head, Shilo Wallace
98 min. EE.UU.
En un futuro nada esperanzador, una epidemia de fallos orgánicos está devastando el planeta y cobrándose innumerables víctimas. La única salvación está en la Corporación biotecnológica Geneco y su negocio de venta de repuestos de órganos humanos a aquellos que lo necesitan para seguir con vida. Geneco ofrece una financiación tentadora para alentar a la gente a enfrentarse a la cirugía y recuperar su salud, pero si por algún motivo llegaran a endeudarse hasta el punto de no poder seguir haciendo frente al pago de sus órganos, la corporación se reserva el derecho de cometer acciones legales… y no tan legales.
Y ahí es donde entran en acción los Repo, cuya misión es recuperar a golpe de escalpelo los órganos comprados a la compañía y que no se han podido terminar de pagar. Uno de esos Repo es Nathan Wallace, obligado a trabajar para la compañía mediante el engaño de su presidente, Rotti Largo. Rotti está aquejado de una enfermedad incurable, pero antes de morir maquina un siniestro plan para asegurarse un digno heredero de su sombrío imperio…
Quién les iba a decir a Jim Sharman y Richard O’Brien que su obra The Rocky Horror Picture Show iba a convertirse en todo un fenómeno social con adeptos que, aún a día de hoy, suelen reunirse religiosamente para “revisionar” la película, algunos disfrazados incluso de alguno de los personajes, dispuestos a cantar y bailar cuando la historia así lo requiera. Tal respuesta no fue inmediata, sino que, en el momento del estreno, nadie daba mucho por esta película, que pasó sin pena ni gloria allá por 1975. Y es que, dejando a un margen ese componente de película de culto, todo ese fenómeno mediático en el que posteriormente se convirtió, esa autoconsciente y premeditada estética kitsch, y el valor testimonial de una época y una coyuntura sociocultural ya pasada, la película, ehem… no es gran cosa. Pese a su título, la película podría adscribirse más fácilmente a una comedia (en ocasiones involuntariamente) musical esperpéntica antes que al género de terror propiamente dicho. Su raquítico y absurdo argumento es lo de menos en una sucesión de números musicales de corte rock distanciados por sucintos interludios de diálogo y narración.
Pese a su abiertamente declarada inspiración en The Rocky Horror Picture Show, Repo! The Genetic Opera se distancia considerablemente de su predecesora en varios aspectos. Es probable que no consiga tener el impacto de aquélla a largo plazo, y el tiempo dirá si perdura hasta el punto de generar similares comportamientos rituales en sus fans. Sin embargo, en términos cinematográficos Repo! supera con creces al film de O’Brien, y no sólo eso, sino que lo hace aunando el género musical con el de terror con tanta eficacia y talento como ya hiciera el genial Tim Burton en su excepcional Sweeney Todd, estrenada hace unos años en nuestras carteleras. Sí, son buenos tiempos para la lírica macabra, parece. Por supuesto las similitudes entre Repo! y Sweeney Todd o el musical terrorífico por antonomasia, Phantom of the Opera, terminan aquí. En cierto modo, podemos considerar esta película como la hermana rebelde, violenta y gore del maravilloso musical de Andrew Lloyd Webber.
Repo! The Genetic Opera podría definirse como una ópera rock de estética gótico-macabra, y como tal va orientada a un público ávido de emociones fuertes tanto en lo musical como en lo visual. El hecho de que la película esté dirigida por Darren Lynn Bousman, autor de las tres primeras secuelas de la saga Saw, parece venir a corroborar esta afirmación, no obstante aquellos que esperen encontrarse otra Saw en versión musical se llevarán una considerable decepción. Repo! es violenta e impactante, es decir, todo lo violento e impactante que pueda ser algo perpetrado por alguien que está cantando y siguiendo una coreografía, y se nutre de diversas influencias que van desde el pulp, el mundo del cómic hasta el death metal. Su mayor acierto, desde el punto de vista del que esto escribe, está en lo hábilmente que todas esas influencias están aglutinadas en un conjunto coherente y atractivo que conforma unas de las apuestas más originales y fascinantes que haya podido ver en una sala de cine en mucho tiempo.
Por supuesto aquellos que no sientan mucha simpatía por la música rock en todas sus variadas vertientes es probable que no se dejen seducir por esta iniciativa y que echen de menos el estilo sinfónico y grandilocuente del gran Webber. Sin embargo, valorando la película de manera holística, pues resulta innegable reconocer que el conjunto funciona, y que la música está integrada perfectamente en la historia, más que ninguna otra opción musical, sirviendo en ocasiones como un elemento catalizador de las emociones e intenciones de los personajes. Porque, y sirva esto como advertencia a aquellos a los que no les guste el género musical y esperen encontrar momentos de respiro entre número y número… Repo! No ofrece tregua al espectador en lo que a esto respecta, y se desarrolla casi ininterrumpidamente a ritmo de actos musicales de principio a fin.
Chapeau para los actores implicados en este proyecto, ya que están todos (o casi todos) perfectos, demostrando una total implicación en la historia que es muy de agradecer, especialmente en una película como ésta, la cual presenta el desafío de tener que desenvolverse cantando en vez de declamando sus respectivas partes del guión. Mención especial merecen Alexa Vega en el papel de Shilo Wallace y Paul Sorvino en el papel de Rotti Largo. Ambos consiguen salir airosos de la ardua labor de retratar convincentemente a sus respectivos personajes demostrando al mismo tiempo poseer unas admirables cualidades para la lírica. Por supuesto en este apartado la que sobresale, y cómo, es la incomparable Sarah Brightman en el papel de Blind Mag, la cual nos ofrece el que, en mi humilde opinión, es el mejor acto musical de toda la película, Chromaggia. Y sí, Paris Hilton también sale en esta película, en un papel autoparódico (que tan de moda está hoy día) realmente simpático, sin embargo sería injusto e incluso mezquino darle más relevancia y protagonismo a su intervención de lo que ésta tiene. Finalmente, Anthony Head (sí, sí… el de Buffy) interpreta al padre de Shilo y al mismísimo Repo Man en un papel bastante agradecido de interpretar.
Por supuesto la película no es perfecta y hay aspectos que reclaman una urgente revisión, como es el caso de varios secundarios cuyo papel en la historia no parecer estar muy aprovechado. Me estoy refiriendo, por supuesto, a los tres descendientes de Rotti Largo: Amber Sweet, interpretada por Paris Hilton; Luigi Largo, interpretado por un tanto histriónico Bill Moseley; y finalmente Pavi Largo, uno de los personajes más visualmente atractivos de toda la película, interpretado por Nivek Ogre. Es una pena que en ocasiones su función parezca no servir a otro fin que el del mero comic relief. En cualquier caso, y pese a sus defectos, la historia discurre con fluidez y dinamismo hasta su muy operístico y Shakespeariano desenlace a ritmo de rock y en color rojo sangre.
En resumidas cuentas, Repo! Supone toda una sorpresa muy de agradecer en estos tiempos que corren de remakes y películas de pseudo-terror de ínfimo talento e interés, aunque su muy particular enfoque y estética excluirá a muchos espectadores reacios a aguantar una historia de estas características cantada de principio a fin. Y es una pena, porque la película tiene mucho que ofrecer en lo visual, con esa estética gótico-pulp tan deudora de clásicos del género como Hellraiser. De todas las maneras, quién sabe lo que le deparará el futuro a Repo! Al fin y al cabo, y tal y como le ocurriera a Rocky Horror Picture Show, esas películas que hoy día están consideradas de culto y que cuentan con un fandom nada desdeñable apenas si tuvieron repercusión mediática durante su estreno en salas de cine. En cualquier caso, si Repo! está llamada a unirse a tal selecto club es algo que sólo el tiempo podrá desvelar. Por lo que a mí respecta, se ha ganado el calificativo de “película de culto” con todos los honores, con las virtudes y los defectos que definen este tipo de filmes.
Calificación de la película: **** sobre *****
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