miércoles, 23 de junio de 2010

Funny Games U.S.A. (2007): Análisis de la película




Dir. Michael Haneke
Int. Naomi Watts, Tim Roth, Michael Pitt
111 min. EE.UU. / Francia / Reino Unido / Austria / Alemania / Italia




Mi primera toma de contacto con el cine del alemán criado en Austria Michael Haneke fue hace bastante tiempo, cuando me encontré con una copia de la original "Funny Games" en un Media Markt de Sevilla a un irrisorio precio de unos cinco euros. Varios amigos me habían hablado muy positivamente de dicha película y, al precio al que estaba, pues supongo que no tenía excusa para no pillármela. Curiosamente, unos minutos antes había conseguido igualmente a un precio de lo más suculento en una tienda de segunda mano cercana otra de esas películas que tenía pendientes de conseguir y ver, "Carretera Perdida".




Digo “curiosamente” porque ambas se han convertido en dos de mis películas predilectas de todos los tiempos, y ambas supusieron una primera toma de contacto con dos directores de empaque, Michael Haneke y David Lynch (a éste último conocía por "Dune" y capítulos aislados de la mítica serie "Twin Peaks", pero ignoraba su faceta más interesante y cautivadora, la de "Carretera Perdida" o "Cabeza Borradora", aquélla que lo ha convertido en un referente de primera de un cine poco convencional y de lo más gratificante).

Volvamos con Michael Haneke… director polémico y provocador donde los haya. Entre sus señas de identidad, destacamos la ausencia total de música en sus películas (exceptuando, lógicamente, la escasa música diegética que pueda hacer acto de presencia en la historia) y un ritmo muy pausado, con tomas estáticas interminables hasta la exasperación, y que ponen a prueba la paciencia del espectador en más de una ocasión. Si a eso añadimos una inexplicable, injustificable e indignante tendencia a mostrar torturas y matanzas de animales en vivo en casi todas las películas que haya podido ver (ya sean peces o gallos, caballos, cerdos o incluso perros) pues eso explica el que se trate de un cine no apto para todos los paladares. Personalmente, su cine provoca en mí sentimientos muy opuestos, desde el tedio más absoluto ("El Tiempo del Lobo", "El Séptimo Continente", "71 Fragmentos de una Cronología del Azar"), indiferencia ("Caché", "La Pianista"), interés ("El Video de Benny") y fascinación ("Funny Games" - la original, "of course").



Realmente me resultaría imposible ensalzar todas las virtudes de la original "Funny Games" en este breve espacio dedicado además a su remake. Por el momento baste decir que la película original es uno de los más impactantes y perfectos thrillers de la historia del cine, una joya del séptimo arte a la altura de los más grandes. La pregunta inevitable es… una vez visto el remake, ¿es necesario ver la original? La respuesta, obviamente, es “sí”. Es más, animaría a los que aún no han visto este remake a que acudan a su tienda de cine más cercana y se gasten el dinero de la entrada de cine en la película original. Como veremos más adelante, no es que el remake sea una mala película (en absoluto), pero es que, pese a ser en teoría un calco plano por plano de la original no es, lógicamente, la misma película.

"Funny Games" fue concebida como una personal crítica al consumo y a la banalización de la violencia por parte del público. Según palabras del mismo director, su objetivo era mostrar la violencia tal y como es realmente, algo desagradable, insoportable e insufrible, y por tanto algo muy alejado de lo que se ve en las películas, especialmente las norteamericanas, las cuales son precisamente el blanco de las críticas y el ataque de "Funny Games" (esta demonización de la violencia no es algo nuevo, y podríamos considerar que el autor ya abordó aunque no de manera tan directa este tema en la interesante "El Video de Benny", protagonizada, precisamente, por uno de los psicópatas de "Funny Games", el gran Arno Frisch). No hay recreación de la violencia en "Funny Games"… y, sin embargo, la película deviene una lenta agonía para el espectador que asiste impotente a unos actos de suprema violencia y maldad.

Actos que son llevados a cabo por una pareja aparentemente de lo más normal… los asesinos de "Funny Games" no son psicópatas perturbados escondidos tras una máscara, ni rudos y salvajes monstruos… todo lo contrario, son personas refinadas, cultas, elegantes, de (se intuye), clase media-alta, “niños de papá”, unos sujetos que lo tienen todo en esta vida y que un buen día deciden, sin otra razón, introducir algo de novedad en sus monótonas vidas allanando casas ajenas, tomando como rehenes a sus víctimas y haciéndoles partícipes de juegos a cada cual más macabro, todo ello con la naturalidad del que juega con unos amigos a una partida de Trivial.

"Funny Games" ofrece un fascinante estudio sobre el lado más oscuro de la naturaleza humana que nada tiene que envidiar a obras como "La Naranja Mecánica", de la cual encontramos referencias en la obra de Haneke. El asesino más carismático de los dos es el yerno que toda madre querría tener para su hija, de exquisitos modales y educación, aunque interiormente esconda al más depravado de los monstruos. "Funny Games", como antes decía, no exalta ni se recrea en la violencia… los pocos actos de violencia que se comenten no llegan a ser nunca explícitos, y muchos ni siquiera se muestran… sólo así se explica el intencionadamente anticlimático desenlace, brillante en su “simplicidad”. Haneke juega en todo momento con las convenciones típicas del cine más violento y visceral, echándolas por tierra de la manera más provocativa y cruel. Al fin y al cabo, esto no es una película americana, parece querer recordar en todo momento a su blanco potencial.



De este modo, no resulta carente de sentido que el director decidiera acometer un remake de su propia obra dirigido al público americano, e interpretado por actores americanos. Al fin y al cabo, estamos hablando de un país que parece tener la absurda necesidad de “versionar” sin ningún sentido, porque sí, cualquier película de éxito proveniente de Europa o Asia, desde "Ringu" hasta "[REC]", por poner sólo dos ejemplos. Es tal la fiebre del remake que lleva sufriendo el cine americano en los últimos años, que ya no sólo las películas extranjeras, sino que incluso películas americanas “antiguas” (es decir, de los 80 para atrás) son susceptibles de sufrir los efectos de esta pandémica y ridícula obsesión por “actualizar” o “americanizar” cualquier cosa de calidad, casi siempre con resultados que rayan el ridículo más lamentable (al menos en los 70 y 80 se hicieron grandes remakes, nada que ver con los bodrios que invaden hoy día nuestras carteleras). ¿Para qué ver una película alemana en alemán con subtítulos, si uno puede verla con actores americanos, doblada y adaptada a su particular idiosincrasia? Quizás para evitar una degradación similar de su gran Obra Maestra Absoluta, Michael Haneke decidió encargarse él mismo del remake, rodado con actores americanos, sí, pero dirigido del mismo modo que la original.

Es por esto que uno no termina de comprender el sentido de este remake. Por un lado pretende acercar su obra al público americano, pero por otro lado lo hace sin modificar sustancialmente las pautas que rigen su peculiar manera de hacer cine. En la sala de cine en donde vi este remake había, como era de esperar, toda una horda de maleducados niñatos que iban con la idea de ver una nueva "Scream", "Sé lo que Hicisteis el Último Verano", "Un San Valentín de Muerte", o cualquiera de estos bodrios deleznables que flaco favor hacen al moribundo género del slasher americano. Iban buscando sexo, golpes de efecto, cacofonía musical a mansalva, muertes gore y un guión de encefalograma plano.

En su lugar se encontraron con una película lenta, inteligente, que rezuma, eso sí, más mala leche y provoca más angusta y opresión que cualquier slasher de los últimos veinte años… pero una película lenta al fin y al cabo, con planos estáticos que se hacen interminables y que contribuyen a hacer aún más insoportable la agonía no ya de la pobre familia que sufre los juegos propuestos por la singular pareja, sino de los mismos espectadores, y… sin banda sonora, no lo olvidemos. Sin embargo, "Funny Games" es una película tan perfecta, tan redonda, que nada se echa en falta, nada juega en su contra, sino todo lo contrario… incluso en su inferior remake.

TRAILER DE LA PELÍCULA ORIGINAL:



TRAILER DEL REMAKE:



Y no digo “inferior” por la inercia de que todo remake será, por definición, inferior al original (lo cual, desde los 90 hasta nuestros días, es por desgracia de lo más cierto, con escasísimas excepciones que podrían contarse con los dedos de una mano). "Funny Games" U.S. es una gran película, pero una película que se limita a copiar plano por plano un modelo original… y pese a esto, no es igual. ¿Por dónde podemos empezar? Quizás por lo más importante, la pareja psicótica, Paul y Peter, Peter y Paul. No es que Michael Pitt y Brady Corbet hagan un mal trabajo, todo lo contrario… pero después de haber visto la original, es imposible no pensar en, de nuevo, el inconmesurable Arno Frisch… no importa lo bien que esté Michael Pitt, mientras veía la película no podía dejar de pensar en los actores de la original. Lo que en este remake resulta destacable en la original es simple y llanamente glorioso en proporciones superlativas.

Otro ejemplo, la escena con mayúsculas de la película, el angustioso plano fijo que tiene lugar tras el primer asesinato (no desvelaré detalles)… aún a riesgo de parecer puntilloso… aunque en teoría es lo mismo… ¡en absoluto lo es! Y como eso podría dar más detalles, pero destriparía la historia a los que todavía no la han visto. En resumidas cuentas, este "Funny Games" U.S. es a "Funny Games" lo que toda copia a su original, algo aparentemente idéntico pero cualitativamente distinto. ¿Buena película? Sin duda, pero sin la excelencia del original. Y, como todo en esta vida, teniendo usted la posibilidad de degustar la obra original en DVD… ¿qué sentido tiene conformarse con su réplica?




Calificación del remake: *** sobre *****

Calificacion de la película original: ***** sobre *****

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