Sinopsis: Después de los eventos de la anterior película, John Wick (Keanu Reeves) se prepara para vengarse de la Alta Mesa mientras se esconde en la clandestinidad con el Rey del barrio (Laurence Fishburn). Por su parte, el marqués Vincent de Gramont (Bill Skarsgård), miembro de la Alta Mesa, viaja a París y recluta a Caine (Donnie Yen), un asesino ciego y retirado de la Alta Mesa, para que mate a su viejo amigo John, amenazando con asesinar a su hija en caso contrario. El director del Hotel Continental de Nueva York, Winston Scott (Ian McShane), aconseja a John que invoque una vieja tradición de la Alta Mesa para retar a de Gramont a un duelo. Ganar liberaría a John de todas sus obligaciones con la Alta Mesa, pero sólo puede solicitar un duelo en nombre de una familia criminal. Por ese motivo, viajará a la sede berlinesa del sindicato del crimen Ruska Roma, con el que había roto lazos, para solicitar su readmisión. Su hermana adoptiva, Katia (Natalia Tena), accederá a su petición a cambio de que John mate antes a Killa (Scott Adkins), un miembro de la Alta Mesa que asesinó a su padre.
1. Introducción
Tengo un entrañable recuerdo del
tipo de cine de entretenimiento que solía ver en mi adolescencia. Películas de
acción protagonizadas por figuras como Steven Seagal, Chuck Norris
o Mark Dacascos, todos ellos auténticos maestros con conocimientos
reales de artes marciales que lucían sus habilidades técnicas en la gran
pantalla. Por supuesto, las modas cambian, y un buen día ese modelo de cine
protagonizado dejó de ser popular en occidente, especialmente con la llegada
del nuevo siglo, viéndose desplazado por otro que hacía de los efectos
especiales generados por ordenador su principal reclamo.
Fue a partir de entonces que empezamos a ver cada vez más y más películas de acción protagonizadas por actores y actrices sin el menor bagaje en artes marciales, mientras que auténticos expertos en esta materia como Michael Jai White o Scott Adkins se veían relegados a producciones concebidas directamente para el mercado doméstico y estrenadas en DVD, Blu-Ray o, posteriormente, plataformas.
Mientras tanto, paralelamente, en el cine oriental, el género de artes marciales se mantenía en un óptimo estado de salud gracias a figuras como Tony Jaa, Iko Uwais, Vidyut Jamwal, Tak Sakaguchi, Jet Li, Wu Jing o Donnie Yen, por citar unos pocos ejemplos, los cuales seguirían apostando por un tipo de cine de acción más a la vieja usanza sin renunciar, por ello, a una actualización y revitalización de los códigos por los que éste se había ido rigiendo desde hacía décadas. Ni que decir tiene, la mayoría de estas películas, como "Ip Man" (2008) o “Redada asesina 2” ("The Raid 2: Berandal", 2014), no llegarían siquiera a estrenarse en cines por estas latitudes.