domingo, 25 de agosto de 2024

John Wick: Capítulo 4 - Baba Yaga (Chad Stahelski, 2023)


 

Sinopsis: Después de los eventos de la anterior película, John Wick (Keanu Reeves) se prepara para vengarse de la Alta Mesa mientras se esconde en la clandestinidad con el Rey del barrio (Laurence Fishburn). Por su parte, el marqués Vincent de Gramont (Bill Skarsgård), miembro de la Alta Mesa, viaja a París y recluta a Caine (Donnie Yen), un asesino ciego y retirado de la Alta Mesa, para que mate a su viejo amigo John, amenazando con asesinar a su hija en caso contrario. El director del Hotel Continental de Nueva York, Winston Scott (Ian McShane), aconseja a John que invoque una vieja tradición de la Alta Mesa para retar a de Gramont a un duelo. Ganar liberaría a John de todas sus obligaciones con la Alta Mesa, pero sólo puede solicitar un duelo en nombre de una familia criminal. Por ese motivo, viajará a la sede berlinesa del sindicato del crimen Ruska Roma, con el que había roto lazos, para solicitar su readmisión. Su hermana adoptiva, Katia (Natalia Tena), accederá a su petición a cambio de que John mate antes a Killa (Scott Adkins), un miembro de la Alta Mesa que asesinó a su padre.

 

1. Introducción

Tengo un entrañable recuerdo del tipo de cine de entretenimiento que solía ver en mi adolescencia. Películas de acción protagonizadas por figuras como Steven Seagal, Chuck Norris o Mark Dacascos, todos ellos auténticos maestros con conocimientos reales de artes marciales que lucían sus habilidades técnicas en la gran pantalla. Por supuesto, las modas cambian, y un buen día ese modelo de cine protagonizado dejó de ser popular en occidente, especialmente con la llegada del nuevo siglo, viéndose desplazado por otro que hacía de los efectos especiales generados por ordenador su principal reclamo.

 

Fue a partir de entonces que empezamos a ver cada vez más y más películas de acción protagonizadas por actores y actrices sin el menor bagaje en artes marciales, mientras que auténticos expertos en esta materia como Michael Jai White o Scott Adkins se veían relegados a producciones concebidas directamente para el mercado doméstico y estrenadas en DVD, Blu-Ray o, posteriormente, plataformas.

Mientras tanto, paralelamente, en el cine oriental, el género de artes marciales se mantenía en un óptimo estado de salud gracias a figuras como Tony Jaa, Iko Uwais, Vidyut Jamwal, Tak Sakaguchi, Jet Li, Wu Jing o Donnie Yen, por citar unos pocos ejemplos, los cuales seguirían apostando por un tipo de cine de acción más a la vieja usanza sin renunciar, por ello, a una actualización y revitalización de los códigos por los que éste se había ido rigiendo desde hacía décadas. Ni que decir tiene, la mayoría de estas películas, como "Ip Man" (2008) o “Redada asesina 2” ("The Raid 2: Berandal", 2014), no llegarían siquiera a estrenarse en cines por estas latitudes.

 

2. Acerca de la saga John Wick

Otra película de ese año que tampoco llegó a estrenarse aquí en cines fue "John Wick (Otro día para matar)“ (“John Wick”, 2014), un filme independiente protagonizado por Keanu Reeves y dirigido por Chad Stahelski. La cinta se sumaba a la moda de películas de acción protagonizadas por actores sin demasiada experiencia en artes marciales, pese a beneficiarse del buen hacer de Stahelski, célebre experto en estas disciplinas y coordinador de dobles de acción estadounidense. Alumno avanzado del gran Dan Inosanto, Chad sería uno de los primeros norteamericanos en competir en la promoción de artes marciales mixtas nipona Shooto. Después de ganar varios títulos en esta dura modalidad de lucha, Chad Stahelski empezaría a trabajar para el cine como stuntman, doblando a Brandon Lee en la legendaria "El cuervo" (“The Crow”, 1994), el gran clásico de Alex Proyas en donde el hijo de Bruce Lee moriría a causa de un desafortunado accidente durante el rodaje.


 

El buen hacer de Chad en las coreografías compensaría, hasta cierto punto, la evidente falta de soltura, fluidez y naturalidad en las escenas de acción de Keanu Reeves en el papel del letal asesino John Wick, un personaje que parece estar llamado a reportarle una fama aún mayor incluso que la que le brindó el célebre Neo en las tres primeras partes de "The Matrix" (Lilly & Lana Wachowski, 1999-2003). La película se convertiría en un sorprendente éxito de público y taquilla pese a su limitada distribución (no olvidemos que no contaba con el respaldo financiero de ninguna de las grandes majors hollywoodienses), lo cual propiciaría la producción de las inevitables secuelas, las cuales irían conformando el peculiar universo del personaje y las reglas por las que éste se regiría.

Personalmente debo admitir que nunca llegué a entender el fervoroso entusiasmo suscitado por John Wick. Más allá de la evidente inventiva mostrada en algunas "set pieces" de acción, no me ofrecía nada que no hubiera visto ya, en innumerables ocasiones, en el cine oriental de acción, con la diferencia de que, en Asia, los protagonistas sí solían tener, más a menudo, un background sólido en artes marciales y/o una mayor experiencia a la hora de rodar secuencias de lucha. Que no se me malinterprete, me encanta Keanu Reeves. Admiro y valoro muchísimo su compromiso, dedicación y esfuerzo a la hora de participar en este tipo de películas. Ha demostrado ser un verdadero fan del género, trabajando duro (durísimo) para dar la talla. Aun así, la realidad es que Reeves no es un experto en técnicas de combate, y por más que haya entrenado y se haya preparado con grandes expertos en la materia durante más de tres meses para la película que aquí nos ocupa, la realidad es que los resultados mostrados en pantalla, como es natural, no pueden alcanzar el nivel de excelencia en la ejecución de las maniobras de lucha al que estamos acostumbrados los aficionados al cine oriental.


Las personas que han practicado artes marciales toda la vida tienen una fluidez, una elegancia, una inteligencia corporal a la hora de moverse, un timing... que jamás podría tener un actor sin experiencia previa que recibe un entrenamiento puntual para lucir bien en una película. Habrá a quienes esto no les importe, y habrá quienes estas sutilezas no las perciban, pero en mi caso concreto es algo que llega a sacarme realmente de la película. ¿Para qué ver un filme de acción protagonizado por un actor cuando podría ver uno con artistas marciales de verdad?

Cierto es que el nivel de las coreografías, en líneas generales, iría mejorando exponencialmente en las secuelas; sin embargo, ¿para qué contar, por ejemplo, con alguien del talento de Mark Dacascos en la tercera película si no lo vas a aprovechar? Ésa fue, sin duda, mi gran decepción con respecto a “John Wick: Capítulo 3 - `Parabellum” ("John Wick: Chapter 3 - Parabellum", 2019), una secuela que, pese a elevar aún más el listón en lo que atañe a las secuencias de lucha, de alguna manera, sigue sin convencerme por todos los motivos anteriormente expuestos. Siendo, que lo es, una película digna, se resiente, en última instancia, de todo el desproporcionado "hype" generado, hasta ese momento, en torno a esta saga.

 

3. John Wick 4: un reparto espectacular

Así llegamos a "John Wick: Capítulo 4 - Baba Yaga" (“John Wick: Chapter 4 - Baba Yaga”, 2023), la cuarta y, quizás, última entrega de la franquicia. Para este deslumbrante fin de fiesta han contado con un reparto realmente espectacular que, al menos sobre el papel, podría hacer las delicias de los amantes del cine de artes marciales: el chileno Marko Zaror, practicante de karate-dō, taekwondo, kung fu y jiujitsu brasileño, en el papel de Chidi, la mano derecha del Marqués (Bill Skarsgård); el gran Hiroyuki Sanada, experto en kendo, Shorinji Kempo y kyokushinkai karate-dō y alumno del legendario Sonny Chiba; el británico Scott Adkins, uno de los artistas marciales más completos y versátiles que hayamos podido ver en el cine occidental de acción de los últimos veinte años; y, por supuesto, el maravilloso Donnie Yen, que no necesita presentación, y que aparece representado aquí como un moderno espadachín ciego a lo Zatoichi.


Lo mejor de “John Wick 4” no es sólo el reparto de grandes estrellas de artes marciales con el que cuenta, sino el hecho de que, a todas y cada una de ellas, se les da la oportunidad de lucirse y mostrar lo que saben en algún momento u otro de la historia, quitándonos así el amargo sabor de boca con el que nos dejaron en la anterior película, que contaba con Mark Dacascos en el papel de villano principal. Debo admitir que a Keanu Reeves, por su parte, se le ve algo más suelto que en las anteriores entregas, por más que no consiga desprenderse del todo de esa mecánica rigidez al moverse, lo cual sigue delatando sus evidentes limitaciones a la hora de lucir de manera totalmente creíble en las secuencias de lucha.

 

4. Duelo de titanes

Después de un prólogo de media hora en donde se retoma la historia por donde la dejó "Parabellum", rescatando a viejos personajes a la par que presentando a los nuevos y grandes protagonistas de esta nueva entrega, "John Wick 4" va a ir encadenando una serie de cuatro épicos "set pieces" de acción, a cada cual más espectacular, que consiguen que sus más de dos horas y media de duración pasen como un suspiro. El primero de ellos tiene lugar en el interior del hotel Osaka Continental, y sirve de “excusa” para presentar a los personajes de Sanada (Shimazu), Yen (Caine) y Zaror, permitiéndonos también verlos en acción por primera vez en la película. A propósito del duelo que tiene lugar entre los personajes interpretados por Yen y Sanada, hay que señalar que ésta es, sorprendentemente, la primera película en donde estos dos Maestros han tenido la oportunidad de trabajar juntos. Durante el rodaje de la lucha que mantienen sus respectivos personajes, el sentimiento que había por las dos partes era como si se conocieran de toda la vida. Ambos tenían ideas similares acerca de lo que esperaban de aquella escena en particular, y sus movimientos estaban perfectamente sincronizados en una elegante danza marcial de proporciones verdaderamente épicas. Según revela el director:



Se lo pasaron en grande. Había mucho respeto, y eran super-corteses entre sí. Literalmente, teníamos todas nuestras grandes ideas de coreografía y esas cosas, y luego todo se redujo a dos tipos que lo hacen realmente bien. Y miras, y dices, 'Oh, sí, está bien, me voy a callar, os dejo hacer lo vuestro'. Todo el mundo salió a mirar. Son grandes seres humanos, increíblemente creativos y supertalentosos. Así que sí, por supuesto, solo quieres ver a estos tíos hacer lo suyo. Lo gracioso es que estos tipos no podrían estar más felices haciendo lo suyo. No hay inseguridad. Tú gritas, 'Corten', y se supone que es una escena seria, pero gritas, 'Corten', y chocan los cinco, y estás viendo a Hiroyuki y Donnie Yen chocando los cinco y diciendo: 'Buen trabajo. Gracias. ¿Qué puedo hacer por ti?

 

5. Dando vida a Killa Harkan

La segunda gran secuencia de acción transcurre en lo que parece ser un club nocturno berlinés durante el transcurso de una rave de música electrónica al ritmo del DJ Le Castle Vania, introduce a Adkins, aquí prácticamente irreconocible en el papel de Killa Harkan, un orondo, aunque letal en la lucha, kingpin del crimen. Cuando le explicaron el concepto que tenían del personaje al actor, le pidieron que pensara en una mezcla entre Signor Ferrari, el personaje de la película “Casablanca” de Michael Curtiz (1942) interpretado por Sydney Greenstreet, y el inmenso Sammo Hung. A la hora de dar voz al personaje, el británico tomaría como referencia al personaje Toht (Ronald Lacey) de “En busca del arca perdida” (“Raiders of the Lost Ark”, 1981), ajustando su forma de hablar y añadiendo rasgos de su propia cosecha, como la tos, el exceso de sudoración y el uso del inhlador. Finalmente, a la hora de luchar, el gran referente para el personaje fue el poderoso boxeador Mike Tyson. Pese a todo el exceso de prótesis corporal (se necesitaban tres horas y media para colocárselas y una para quitárselas), Scott no decepciona, desenvolviéndose en las escenas de acción con la agilidad y rapidez habituales en él.


 

 

6. Recreando el Arco del Triunfo

La tercera tiene lugar en el Arco del Triunfo de la capital francesa (más bien, en una recreación del mismo), lo cual le permite a Stahalski orquestar una DELIRANTE coreografía de acción, con generosas dosis de gun fu, en donde los luchadores interactúan, casi siempre con resultados demoledores, con los mismísimos vehículos que circulan a toda velocidad circundando el célebre monumento parisino. ¡Hay que verlo para creerlo! Respecto a esta compleja y muy peligrosa secuencia de acción que involucra a los personajes de Reeves, Zaror con sus secuaces e incluso un perro, todos ellos esquivando los vehículos que circulan a toda velocidad alrededor del Arco del Triunfo, Stahelski explica lo siguiente: “Lo que la gente olvida es que no se trata solo de Keanu, los dobles y Marko Zaror. Tengo dos equipos de cámara en medio de ese tráfico; tengo 50 dobles de acción de todo el mundo con cinco idiomas diferentes. Estamos coordinando todo sobre la marcha porque simplemente no puedes permitirte tener 300 autos en un ensayo, por lo que tuvimos que ensayar en partes, y luego, en el día, teníamos que juntar todas esas piezas”.



Es interesante señalar que el equipo no tuvo el permiso para grabar en el mismo Arco del Triunfo. La fotografía principal fue rodada en un aeropuerto de Berlín, donde los equipos encargados de las coreografías y los efectos prácticos tuvieron que trabajar al unísono para hacer posible esta impresionante secuencia. Los artistas de efectos visuales recrearon el celebérrimo monumento parisino (así como también su entorno) piedra a piedra, con una atención milimétrica al detalle. Finalmente, se igualó la iluminación y el color con las imágenes grabadas y se montó todo. Los resultados hablan por sí mismos. Personalmente, jamás se me habría ocurrido pensar que dicha escena no fue grabada allí in situ.

 

7. Unos efectos visuales deslumbrantes

Pero aún hay más. Justo cuando pensábamos que Chad y su equipo nos iban a dar un respiro en la acción, la secuencia anterior transita fluidamente a otra diferente que tiene lugar en el interior de un edificio. Antes de que podamos recobrar el aliento y reponernos de lo que acabamos de ver, “John Wick 4” nos regala un ESPECTACULAR plano secuencia en cenital, inspirado en el videojuego “The Hong Kong Massacre” (2019), que hará las delicias de los aficionados al "shoot'em up". Como apunta el director, “Las tomas superiores no terminaban de convencernos con su iluminación o coreografía, pues envejecen rápido. Pero había visto un videojuego, creo que se llama The Hong Kong Massacre, donde hicieron ese plano cenital; nosotros ya habíamos hecho mucho con los grandes fogonazos y, simplemente, algo hizo clic (…) Desde arriba podemos disparar de esta forma o de otra, y se dibujan líneas de fuego geniales con el fogonazo”.


Es interesante observar que “John Wick 4” cuenta con hasta 1.500 planos de efectos visuales, y pese a su “moderado” presupuesto de 100 millones, muy por debajo del que suele contar una producción de superhéroes, es sin duda uno de los filmes con mejores VFX de 2023. Sorprendentemente, no ya sólo la sangre, sino incluso también los resplandores de los disparos (o gran parte de ellos), el humo de las armas de fuego o los escombros de las paredes después de un impacto… todo ello es fruto de la muy convincente labor por parte de los encargados de confeccionar los efectos especiales que luce la película. Por poner un ejemplo concreto, tan sólo para el plano cenital comentado en el párrafo anterior se utilizaron, literalmente, cientos de efectos especiales que simulan situaciones reales.  Evidentemente, tanto Reeves como todos los extras que lo secundan se encontraban presentes en el set; sin embargo, los efectos de los disparos y las explosiones se añadirían en postproducción. Hasta se permitieron reconstruir digitalmente en 3D el apartamento y al protagonista para añadirlo a los espejos, simulando así que el reflejo fuera lo más real posible.

 

8. Un camino de ascensión hacia la expiación

Aproximándonos ya al clímax de la historia, Wick y Caine deberán hacer frente a Chidi y sus secuaces mientras suben por los 222 empinados escalones que conducen a la Basílica del Sacré Coeur parisino. Allí tendrá lugar el duelo final en donde se decidirá el destino del personaje protagonista en su enfrentamiento con el Marqués (espléndido Bill Skarsgård), bajo la atenta mirada de, nada más y nada menos, el mismísimo Clancy Brown en el papel del heraldo de la Alta Mesa. Por supuesto, toda esta brillante secuencia está cargada de simbolismo.


La Sacré Coeur simbolizaría la redención y expiación de los pecados históricos de la nación tras la dolorosa derrota de Francia en la guerra franco-prusiana de 1870. Está situada en la cumbre de Montmartre, una colina de 130 metros de altura situada en la ribera derecha del río Sena. Sobre ella construyeron los romanos dos templos paganos, uno dedicado a Mercurio y, el otro, al dios de la Guerra, de ahí que la bautizaran, originalmente, como “Mons Mercurii et Mons Martis”, es decir, el “monte de Mercurio y monte de Marte”, de donde derivaría su nombre. Posteriormente, hacia el año 250 d.C., San Dionisio, apóstol de las Galias y primer obispo de lo que hoy es París, sería enviado allí por el Papa Fabiano (ca. 200-250) para evangelizar aquella parte del Imperio Romano. Debido a la persecución de cristianos promovida por el emperador Decio (201-251 d.C.), San Dionisio, que se negaba traicionar su fe para adorar al dios Mercurio, sería capturado y martirizado, según se cuenta, frente al templo erigido en honor a dicho dios en la colina de Montmartre, la cual acabaría adquiriendo, con la futura evangelización de la ciudad, una nueva significación, “El monte de los mártires” (“Mons Martyrium”). Según las “Vidas de San Dionisio”, escritas en la época carolingia, una vez decapitado, el santo caminó seis kilómetros con su cabeza bajo el brazo, atravesando Montmartre por un camino que, posteriormente, llegaría a ser conocido como la “calle de los Mártires” (“rue des Martyrs”), que une los distritos IX y XVIII de París. 

 


El enfrentamiento de Wick con el Marqués en lo alto del “monte del martirio” supone la posibilidad de redención final de nuestro héroe, en un camino iniciático de ascensión que pondrá a prueba, una vez más, la determinación del protagonista. Dos minutos tiene John Wick para subir los imponentes 36 metros que hay desde la base hasta lo alto de la colina, a través de los extenuantes 222 escalones de piedra de los que consta la célebre “rue Foyatier” parisina ubicada en la esquina suroeste de Montmartre. Por supuesto que podría haber optado también por usar el funicular, pero en ese caso nos habría privado de uno de los momentos más angustiosos de toda la película. Representaría, de alguna manera, la penúltima ordalía en el calvario martirial al que debe hacer frente John Wick antes de poder optar al juicio final, a las puertas de la basílica del “Sagrado Corazón de Jesús” (símbolo del amor divino), para su anhelada expiación.

Es necesario apuntar que esta secuencia que, como explica el propio director, para filmar esta ambiciosa secuencia en un lugar tan emblemático, únicamente necesitaron 5 días: “Ensayamos de manera muy diferente a otros equipos de dobles. Ensayamos mucho, tenemos a Keanu y podemos movernos mucho más rápido. Cuando no estás dividido entre dobles, técnicos y seguridad y lo estás haciendo en la ubicación real, es la manera más rápida que puede moverse el equipo. Tienes un buen equipo. Tienes un buen ensayo y tienes un protagonista que hace el 98% por sí mismo. Entonces puedes moverte bastante rápido. Solo debes tener un plan y debes tener grandes personas que puedan armarlo” (Chad Stahelski).


"John Wick 4" es todo lo que hemos visto ya en las anteriores películas, sólo que a una escala cien veces mayor de locura y espectacularidad. Por supuesto, a quienes les chocara la imposible habilidad del protagonista de sobrevivir a los golpes más devastadores (¡esas caídas!), tendrán que pasar por alto algunos momentos que fácilmente podrían poner en peligro cualquier predisposición a la "suspension of disbelief". Entendemos, después de cuatro películas ya, cuáles son las reglas y los códigos por los que se rige este juego que es "John Wick", y no nos queda más remedio que aceptar dichas bases sin cuestionarnos ya demasiado lo que estamos viendo.

 

9. Donnie Yen (demostrando por qué es el mejor)

Para el que esto escribe, el gran atractivo de esta película, con diferencia, está en el personaje interpretado por Donnie Yen, incuestionable epítome de lo “cool”. No sólo porque lo considere uno de los más grandes artistas marciales cinematográficos de su generación, sino porque, además, su personaje, y las dinámicas que se establece con John Wick, constituyen, en lo que a mí respecta, el mayor acierto de esta nueva entrega. Se trata de un personaje moralmente ambiguo y tremendamente carismático que desprende un aura difícil de explicar con palabras. Según explica Yen, en un principio el personaje iba a llamarse “Shang” o “Chang” e iba a tener un look más estereotipado: “¿Por qué tiene que ser todo tan genérico? Con el vestuario lo mismo. Vaya, camisas de cuello mao. Es una película de John Wick, donde todo el mundo es cool y viste bien. ¿Por qué mi personaje no puede ser cool y vestir bien?” Afortunadamente, el director escuchó las propuestas de Yen y le permitió adaptarlo más a la imagen que tenía del personaje, que no deja de ser un cruce entre Bruce Lee y el actor Steve McQueen. De Lee se inspiró para el atuendo de Caine, mientras que de McQueen absorbió esa actitud despreocupada y, en general, el característico savoir faire que solían mostrar sus personajes en pantalla.


 

La experiencia de Yen en la película, de hecho, fue bastante positiva, como señala en las siguientes declaraciones: “Tengo que aprovechar esta oportunidad para expresar mi máximo aprecio por Chad (Stahelski) y Keanu (Reeves). Son hombres encantadores, caballeros, tienen un gran corazón. Keanu tiene un alma buena, es un buen hombre. Chad también es un hombre muy bueno, y conoce muy bien su oficio [...] Me lo estoy pasando mejor trabajando con ellos en esta película, más que en cualquiera de mis anteriores películas de Hollywood, así que quería expresar mi agradecimiento”. Por su parte, tanto Chad como Keanu revelaron lo impresionados que quedaron al constatar la tremenda velocidad a la que podía moverse Donnie Yen en las escenas de acción, lo cual les llevó a realizar algunos ajustes en las coreografías que implicaban a su personaje. Por ejemplo, el primer enfrentamiento entre Wick y Caine en el Osaka Continental, que pasó de ser una confrontación de igual a igual a, más bien, una caza en donde el protagonista, consciente de la superioridad de su adversario como luchador, trata en todo momento de huir y esconderse en vez de hacerle frente directamente: “no, definitivamente tenemos que mostrar que este tipo pone nervioso a john Wick”, en palabras de Keanu al director. Este tipo de decisiones pone de manifiesto, una vez más, la admirable falta de ego y humildad del actor canadiense, dispuesto a poner por encima, todo lo posible, al personaje de Donnie Yen aunque éste no fuera, precisamente, el protagonista de la historia. Al finalizar el rodaje, Reeves le regaló a Yen un bastón de lucha personalizado en donde podía leerse: “Gracias, Donnie. Eres el mejor. Keanu”. También obsequió a cada uno de sus dobles de acción con un Rolex, por cierto.   


 

 

10. Un punto de inflexión en el cine de acción norteamericano

"John Wick 4" es sin duda una película más coral que las anteriores, y eso beneficia sobremanera a una historia que pedía a gritos ya, después de tantas tribulaciones, una resolución satisfactoria. Desde mi humilde punto de vista, la da, y la da de la mejor manera posible. Esta película funciona porque el argumento no se reduce a una sucesión interminable de escenas de acción. Hay una conmovedora historia detrás con la que el espectador puede conectar, y los personajes tienen alma. En cierto modo, la complicada relación de hermandad entre Caine y John Wick me evocaba, en algunos momentos, y salvando las distancias, a aquellos clásicos del “Heroic Bloodshed” que popularizara el gran John Woo durante la década de los 80. No es lo mismo, de acuerdo, pero existen indudables concomitancias narrativas, y la realidad es que la película consigue que te impliques en lo que te están contando a un nivel emocional.


Por todos estos motivos, considero que "John Wick 4" es un rotundo éxito y... ¡ahora sí! la gran película de acción que llevaban prometiéndonos desde que empezaran las andaduras del personaje. Una obra magna del cine de acción estadounidense que llega, además, en el momento en el que más se la necesita, en un periodo de decadencia del modelo impuesto por el caduco cine Marvel y DC. Un modelo que ha ido encadenando últimamente, además, una serie de rotundos fracasos tanto de taquilla como de público, poniendo de manifiesto una cierta sensación generalizada de hartazgo por parte del público hacia este tipo de productos. 

 


 

Quizás la coyuntura sea la perfecta para volver a reivindicar ese otro cine de acción en donde la espectacularidad vuelve a recaer en el talento, las destrezas y habilidades marciales del elenco protagonista por encima del CGI, el humor infantiloide y las deleznables políticas que han llevado a Hollywood a un inevitable punto de inflexión. A tenor de la calurosa acogida que ha tenido "John Wick 4" en su estreno, yo diría que la gente está ya preparada para abrazar el cambio que estamos todos reclamando. ¿Servirá este filme de acicate para dicho cambio? Sólo el tiempo lo dirá. Lo que está claro es que su potencial éxito nos beneficiará también a todos nosotros.


Mi calificación:
**** sobre *****

 

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