miércoles, 23 de junio de 2010

Scream (1996) / Scream 2 (1997): Análisis de las películas y sus bandas sonoras




A) LA SAGA

1. El Cine de Terror de Wes Craven.


Wes Craven ha demostrado ser un director muy avispado y con la suficiente inteligencia como para adaptarse a los nuevos tiempos y ofrecer al público lo que éste demanda, siempre sin perder su muy característico sello personal. Sus primeras películas de terror, hechas en los 70, ahondaban en el lado más siniestro de la naturaleza humana, y constituían irregulares pero impactantes ensayos sobre la violencia más desmedida e injustificada.




Películas como La Última Casa a la Izquierda (1972) y en menor medida Las Colinas Tienen Ojos (1977) pertenecen a este estilo realista, amateur, casi de documental, tan típico de la época, que suscitaba reacciones muy opuestas en la audiencia. Ya en la década de los 80, aprovechando el éxito de Viernes 13 (1980), Craven se subió al carro de las producciones de terror dirigidas a y protagonizadas por adolescentes, con su interesante "Pesadilla en Elm Street" (1984), creando de este modo una de las franquicias de terror más fructíferas e importantes de la historia y uno de los iconos incuestionables del género, el psicópata de los sueños Freddy Krueger.

La saga alcanzó las seis entregas más un broche especial dirigido por el mismo Wes Craven en los 90, en un intento por aportar alguna novedad a una franquicia que ya parecía no dar más de sí y adaptarla por tanto a los nuevos tiempos que corren. Sin embargo, y pese a reunir a gran parte del elenco actoral que participó en la primera "Pesadilla", la película no llegó a cuajar ni entre la crítica ni entre los aficionados.



Llegados a este punto debo aclarar que no me encuentro entre los aficionados al cine de Craven. Considero que es un autor irregular, no exento de buenas ideas, pero incapaz de plasmarlas y llevarlas a buen puerto en el cine. Reconozco no obstante sus aciertos: "La Serpiente y el Arco Iris" (1988), por ejemplo, es un muy digno film que aborda el siempre interesante tema del vudú con resultados muy satisfactorios.

Y la primera "Pesadilla en Elm Street" es, con sus imperfecciones, un pequeño clásico del cine de terror, con una atmósfera incomparable y una premisa argumental sobresaliente. Frente a tantos y tantos psicópatas que, siguiendo la estela de Michael Myers y Jason Voorhees se limitaban a sembrar el terror en campus universitarios y barrios residenciales, Craven aportó una idea fresca y original, situando la acción en dos planos narrativos complementarios, el perteneciente al mundo real donde viven los personajes y el plano onírico donde mora como amo y señor absoluto el maligno Freddy Krueger.

Dicha atmósfera está en buena parte sustentada por la magnífica banda sonora de Charles Bernstein, que además creó uno de los mejores temas musicales de una película de terror. Es una lástima, eso sí, que el personaje de Freddy quede relegado en ocasiones a un ridículo payaso con un sentido del humor bastante cuestionable.



Con todo, y pese a que reconozca que hay cosas de Craven que me gustan, no obstante creo que no ha hecho nada que pueda considerarse realmente una “obra maestra” del género, una “Matanza de Texas”, una “Noche de los Muertos Vivientes”, una “Noche de Halloween”, o un “Videodrome”, o un “Hellraiser”. Pienso que a Craven siempre le ha faltado ese toque de genialidad, de inspiración, que ha caracterizado a los grandes creadores del género de terror.

Eso no quita para que nos haya legado obras de calidad... pero pienso que los intereses comerciales han llegado a malograr, en última instancia, el resultado final de sus películas de los 80. De todas formas, esto no deja de ser una apreciación personal... y es que ese toque cómico o de humor que Craven suele añadir a sus películas no llega a convencerme del todo, así como esos personajes estereotipados y planos, y su, en mi opinión, incapacidad para generar auténtico terror, desazón, malestar en el espectador. En última instancia, Craven opta por el cine comercial antes que por un cine transgresor como por ejemplo el del sin par David Cronenberg.


2. Scream. Una Nueva Franquicia.

Como antes comentábamos, en los 90 la franquicia de Pesadilla en Elm Street parecía no dar más de sí, pese a los intentos de Craven por darle un nuevo enfoque en la fallida La Nueva Pesadilla de Wes Craven (1994), una película que contaba con un prometedor arranque pero que poco a poco se iba hundiendo en las simas de la más rutinaria mediocridad, hasta la deleznable, anticlimática (lo que parece ser marca de la casa en el autor) y lamentable confrontación final. De este modo, Craven fue consciente de la necesidad de crear una nueva franquicia que pudiera tomarle el relevo a Pesadilla en Elm Street en los 90.

El terror protagonizado por adolescentes no ha dejado de estar de moda desde las incursiones en dicho género realizadas por Carpenter y Cunningham, por lo que no había necesidad de cambiar esto, ya que se daba por sentado el enorme gancho que este tipo de cine tiene entre los espectadores más jóvenes. De este modo, era necesario crear algo nuevo pero sin abandonar las convenciones de un tipo de cine que bebe de las fuentes de Carpenter y Cunningham entre otros. El resultado fue Scream (1996), una película que abandonaba ese componente fantástico que hizo de Pesadilla en Elm Street algo fresco y original en su época y volvía al ya manido tema de los psicópatas que se dedican a descuartizar víctimas “pubertosas”.



Las supuestas novedades de la película se reducían a una continua "meta-referencialidad" encontrada en la misma (el asesino era un aficionado al cine de terror y en ocasiones encontramos alusiones a títulos representativos del género, así como algún que otro guiño). La película solicita la complicidad del espectador con respecto a lo que es esperable o asumible según las convenciones asociadas a este tipo de cine. De este modo, en muchas ocasiones los mismos personajes hacen comentarios y reflexionan sobre los clichés asociados al género. No dejan que el espectador llegue a pensar “ahora va a suceder esto”, porque ellos mismos lo llegan a anticipar, como si fueran conscientes de que están en una historia que se rige por unas normas pre-establecidas.

En ese sentido, encontramos un cierto componente autoparódico en la película que supone una curiosa novedad, pero poco más vamos a encontrar que resulte destacable: la protagonista absoluta sigue siendo una chica, como en Pesadilla en Elm Street, La Noche de Halloween o Viernes 13, y el asesino lleva una máscara con la que ocultaba la identidad, demostrándose al final que en realidad no había uno sino varios. En este sentido, y por mucho que intentaran vendérnoslo como algo original, acaba siendo más de lo mismo, un juego de “descubrir quién es el asesino”, mientras éste va destripando a cuantos se cruzan en su camino. La película, por tanto, es pura rutina.

Por mucho que Craven intentara crear otro nuevo “Freddy Krueger”, el tiro le salió por la culata, sencillamente porque el personaje es el colmo del esperpento, otro asesino en serie oculto tras una máscara más, sólo que en este caso la identidad va cambiando, pero el “modus operandi”, las motivaciones... todo se ha visto ya incontables ocasiones y, como suele sucederle al bueno de Craven, su asesino provoca en más de una ocasión la risa no intencionada, sobre todo cuando se le ve persiguiendo a la víctima, tropezando con los muebles que ésta le tira a los pies y recibiendo tortazos y demás golpes en su intento, en lo que constituyen “gags” dignos del mejor cine cómico mudo. Paradójicamente es cuando se quita la máscara que el personaje adquiere algún mínimo cariz amenazante o diabólico. Sea como fuere, este psicópata provoca más de una carcajada en el espectador.



Hay que aclarar que Scream, con todo, no es una mala película, sino una muestra interesante del talento de Craven y el guionista Kevin Williamson para volver a lo mismo de siempre sin que al mismo tiempo deje de resultar, aparentemente, nuevo u original. Y comparado con sus restantes producciones de esa década, Scream podría perfectamente considerarse su mejor película de los 90, lo cual no es decir demasiado, alcanzando suficiente éxito como para generar dos secuelas e incontables imitadores que buscaban repetir la misma fórmula con las mismas convenciones.

De las secuelas pues poco puede decirse que no se haya dicho ya de la original, sólo que todo lo que pudiera considerarse “nuevo” o “interesante” en aquélla acaba por convertirse en un puro tedio en estos dos bodrios infumables que pretenden no tomarse en serio así mismas, cuando en realidad lo que evidencian es hasta qué punto no son más que una simple tomadura de pelo, un intento oportunista y pesetero por aprovechar al máximo la gallina de los huevos de oro, sin que importe lo más mínimo la calidad de un guión paupérrimo, unos personajes de cartón y una absoluta inutilidad a la hora de producir escalofríos en el espectador.


Calificación de "Scream": ** sobre *****

Calificación de "Scream 2": * sobre *****



B) LA MÚSICA.

1. La Música de Marco Beltrami.


Uno de los elementos más interesantes en la película de Wes Craven Scream fue sin duda la banda sonora, que corría a cargo de una joven promesa llamada Marco Beltrami. Nacido en Italia en 1968, Beltrami contaba con una cierta experiencia en el mundo de la composición para cine cuando sus servicios fueron solicitados en Scream. Sin embargo, y paradójicamente, dicha experiencia no incluía para nada el género al cual debía abordar en dicha película. Dicho de otro modo, Scream fue la primera película de terror que compuso Beltrami, cuyos anteriores proyectos para el cine pertenecían a los géneros de acción (“Death Match”, 1994) y dramático (“The Bicyclist”, 1994). Por tanto, fue necesario el asesoramiento de Craven, el cual se encargó de aportar las claves necesarias para que el joven compositor pudiera llevar a cabo su trabajo de la manera más eficaz posible, no en la tarea de la composición, que recayó exclusivamente en Beltrami, sino más bien en el uso de dicha música dentro de la película.



Hoy día, el nombre de Beltrami aparece unido casi indisolublemente al género fantástico, como lo demuestra su participación en proyectos como "Knowing" (2009) "Soy Robot" (2004) "Terminator 3" (2003), "Blade II" (2002) o “Hellboy” (2004), ambas de Guillermo del Toro, con el que Beltrami entablaría otra fructífera e interesante relación profesional gracias a "Mimic" (1997). Y aunque todavía dé la impresión de que aún tiene mucho que decir, y mucho camino por recorrer para convertirse en uno de los grandes compositores de la actualidad, Beltrami ha ido forjando un estilo personal que le ha dado buenos resultados en los filmes de terror en los que ha trabajado. Característico es ya su uso de voces femeninas y sintetizadores, o la contundencia de las orquestaciones en los momentos de mayor tensión y terror, y también su capacidad para crear bellas melodías que aportan una mayor profundidad emocional a la historia. No obstante, y como antes se ha comentado, creo que Beltrami no ha llegado todavía, en mi opinión personal, a despuntar del todo y crear, en el género concreto del terror, una banda sonora redonda que cimente su lugar en los anales del género. Sus trabajos adscritos a dicho género suelen moverse dentro de lo “correcto” sin más, con momentos concretos de efímera genialidad, pero sin llegar a sobresalir. Quizás sea su extraordinaria banda sonora para "Drácula 2001" la que más saque a relucir esa genialidad a la que antes aludíamos.


2. Análisis de la Música para Scream.

Con respecto a los “scores” que nos ocupan, pues comentar que, con respecto a la más bien exigua selección de temas de ambas películas ofrecida por Varèse Sarabande en una única edición discográfica, la música de Beltrami para las dos primeras partes de la saga constituye uno de sus momentos de mayor inspiración en lo que a su relación con el género de terror se refiere. Todos los rasgos que han acabado definiendo su peculiar estilo pueden ser ya apreciados en este disco, desde la melancólica voz femenina en el tema de Sidney hasta los ambientes electrónicos de “Trouble in Woodsboro” y la estruendosa música para las escenas de persecuciones. La dosificación de música ofrecida en esta edición, en ese sentido, aunque pueda saber a poco, deja al oyente con un muy buen sabor de boca, ya que la selección ofrecida es lo suficientemente variada e interesante per se como para dar una impresión muy positiva de la labor del compositor. Pasemos al análisis de la música contenida en esta edición con más detalle.

De la primera película de la saga encontramos seis temas. El tema que abre el disco, titulado “Sidney’s Lament”, cuenta con una hermosa voz de mujer que teje un breve pero hermoso canto elegíaco, un lamento, como indica el propio nombre del tema, que anticipa el cúmulo de trágicos acontecimientos que tendrá que afrontar la protagonista, protagonizada por la actriz Neve Campbell. Este tema es realmente todo un acierto, ya que lo último que cabría esperar encontrar en una banda sonora de un “psychothriller” es un tema principal tan melódico y lírico como este. Sencillo, pero bonito, evocando una profunda sensación de melancolía y tristeza. Se trata de una melodía que describe perfectamente a la protagonista de la película. El tema de Sidney vuelve a aparecer en uno de los cortes más calmados de la selección, titulado “A Cruel World”, un muy efectivo tema de suspense y misterio gracias a la cristalina sonoridad del piano. Sin embargo, será en el corte 6, titulado “NC-17” donde este tema aparezca más desarrollado. Dicho corte comienza con una interpretación del tema de la protagonista a piano, para después volver a recurrir en el uso de la voz femenina, secundada en esta ocasión por los teclados y la percusión.



Otro tema destacable de la selección es “Trouble in Woodsboro”, un corte muy atmosférico y oscuro, elaborado exclusivamente a base de sintetizadores. Se trata de uno de los momentos musicales más imaginativos e interesantes de todo el “score”. Si el tema de Sidney evocaba tristeza y melancolía, éste evoca una sutil sensación de terror, de amenaza, de opresión, en parte gracias al uso de los coros electrónicos, la agresiva percusión y los efectos de sonido. Otro acierto del señor Beltrami; los dos temas restantes, “Altered Ego” y “Chasing Sidney”, ilustran el clásico tipo de música de terror estrepitosa, que acompaña perfectamente las escenas de mayor tensión y terror de la película, pero que fuera de ella, excepto en pequeñas dosis, llega a resultar demasiado ruidosa e incómoda de escuchar. Con todo, no llegan en total a los cinco minutos de duración, por lo que no suponen una molestia especial dentro de la selección perteneciente a la primera Scream.


3. Análisis de la Música para Scream 2.

Con respecto a la segunda parte, encontramos una mayor cantidad de música, y nuevamente Beltrami vuelve a despuntar con una interesante selección que no se limita únicamente a reutilizar material de la primera película, sino que incluye igualmente nuevos y estupendos momentos musicales. El primer corte, “Stage Fright Requiem”, es de lo mejor de todo el cd. Comienza con una base rítmica de percusión y unos acordes de guitarra, para, acto seguido, dar paso al tipo de música de terror a la que antes hacíamos referencia. Sin embargo, la atonalidad no llega a resultar excesivamente estruendosa. Especialmente siniestro y terrorífico resulta el momento iniciado en el minuto 0:58, que evoca perfectamente el horror provocado en una víctima por lo inevitable de su inminente ejecución. Esta parte alcanza uno de los crescendos más emocionantes del todo el compacto, sin duda alguna el momento de mayor carga dramática del “score”, uno de esos momentos de genialidad a los que anteriormente hacía referencia. Dicho momento tiene comienzo en el minuto 1:20, y puede escucharse en la escena en la que la periodista (Courteney Cox), protegida en el interior de una sala cerrada, contempla impotente cómo su amante (David Arquette) es cogido por sorpresa y apuñalado por el asesino. Una estupenda escena magníficamente acompañada musicalmente por Beltrami.



El comienzo del siguiente corte, “Love Turns Sour”, es toda una sorpresa. Comienza con una bonita introducción a guitarra que da paso a un pegadizo tema, con reminiscencias tanto a la música del genial Ennio Morricone como a esa obra maestra del señor Hans Zimmer que es “Broken Arrow” (Alarma Nuclear, 1996). De hecho, una de las cosas que ha llamado la atención a aquellos que han visto Scream 2 y son aficionados a la música de cine es la utilización de ciertas partes de dicha banda sonora en la película, más concretamente en las que atañen a la relación amorosa entre los personajes interpretados por C. Cox y D. Arquette. Este uso puede apreciarse en el siguiente video, del minuto 3:35 al 5:16:



Una decisión chapucera e injustificada, en primer lugar porque no había necesidad, y en segundo lugar porque Beltrami ya había compuesto un tema que, para el caso, servía igualmente bien. Este precioso tema y su introducción aparecerán en ligeras y excelentes variaciones en los cortes “Deputy for a Friend”, “Dewpoint and Stabbed” y “Sundown Search”, como veremos más adelante. El resto del corte “Love Turns Sour” ofrece dos minutos de música estruendosa de persecuciones que culminan en otro hermoso crescendo dramático a partir del minuto 3:37.

Otro de los momentos más inspirados de este “score” aparece en los primeros setenta segundos del corte “Dewpoint and Stabbed”, una auténtica maravilla que utiliza la introducción del tema “Love Turns Sour” en una emotiva variación que conserva la guitarra como instrumento solista, pero en esta ocasión secundada por el sonido de unos silbidos. Una preciosidad de tema que a mí personalmente me evoca al Morricone más romántico y lírico. En el tema “Sundown Search” encontramos una alegre y jubilosa variación del tema de amor de “Dewey” y Gale, la cual, una vez más, nos vuelve a recordar a “Broken Arrow”.

El tema de Sydney aparece en este “score” en dos cortes: en primer lugar, en “Deputy for a friend”, donde encontramos una hermosa interpretación del mismo a piano; en segundo lugar, en el tema que cierra el disco, titulado “It’s Over, Sid”, en donde Beltrami vuelve a utilizar la voz de una mujer, cerrando de este modo una muy interesante selección, que, quizás, no hace del todo justicia a la labor del compositor al incluir una tan ínfima selección musical, pero que en mi opinión deja al oyente con un muy buen sabor de boca con respecto al trabajo de Beltrami para sus dos primeras películas de terror, lo cual es algo muy positivo.


4. Valoraciones Finales.

En resumidas cuentas, Beltrami no pudo tener un mejor estreno como compositor de música de terror. Supo, especialmente en la primera película, ofrecer algo propio y original, combinando las posibilidades de distintos instrumentos con los de la orquesta tradicional. Quizás sea muy poco preciso valorar un “score” en base a tan poca cantidad de música, pero en lo que respecta a la música de la primera Scream pienso que la selección demuestra perfectamente las ideas que tenía el compositor a la hora de abordar un proyecto de estas características. El resultado, tal y como puede apreciarse en esta selección, es muy satisfactorio, tanto a nivel melódico como a nivel de instrumentación y ambientación.



Lo mismo podríamos decir de la música contenida en el cd perteneciente a la secuela, que pone de manifiesto la habilidad de Beltrami para hacer música de terror, y aprovechar eficazmente las sonoridades de una orquesta. Si en el primer “score” destacaba el tema de Sidney, en el segundo es sin duda alguna el tema de amor de “Dewey” y Gale, que por mucho que pueda recordar al estupendo tema de “Broken Arrow”, esta romántica y bonita melodía bebe mucho de la música más intimista y romántica de Morricone. Todo esto viene a demostrar que, al igual que ocurriera con el compositor de la Hammer, James Bernard, por muy eficientemente que se desenvuelva Beltrami en la música de terror frenético, es a la hora de componer bonitas melodías cuando su talento sale realmente a relucir. Y aunque en definitiva no se trate de un trabajo maduro o perfecto, sí anticipa las delicias que este compositor nos ofrecería más adelante (y las que aún están por llegar).




"Scream"

TRACKLIST:

1. Sidney’s Lament (1:37)
2. Altered Ego (2:47)
3. Trouble in Woodsboro (1:49)
4. A Cruel World (1:53)
5. Chasing Sidney (1:27)
6. NC-17 (3:03)



Calificación: ***1/2 de *****

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"Scream 2"

TRACKLIST:

7. Stage Fright Requiem (2:07)
8. Love Turns Sour (4:44)
9. Cici Creepies (1:13)
10. Deputy for a Friend (2:17)
11. Hollow Parting (1:47)
12. Dewpoint and Stabbed (2:15)
13. Hairtrigger Lunatic (1:11)
14. Sundown Search (0:50)
15. It’s Over, Sid (0:46)



Calificación: ***1/2 de *****

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