jueves, 22 de agosto de 2024

La tragedia de Macbeth (Joel Cohen, 2021)


 

"MacBeth" es uno de los mayores logros, no sólo dentro del inigualable corpus del genio de Stratford-upon-Avon, William Shakespeare, sino también de toda la literatura universal, inspirando a grandísimos cineastas de la talla de Orson Welles, Akira Kurosawa y Roman Polanski, los cuales nos han legado magistrales adaptaciones de la tragedia (1948, 1957 y 1971, respectivamente) que han pasado al rico acervo cultural de la Humanidad.




Ahora es el turno de Joel Cohen, que celebra su emancipación artística con una obra de arte magistral, algo más deudora de Welles que de Polanski en su planteamiento estético. Pero hay más influencias, por supuesto: el onirismo del "Trono de Sangre" (“Kumonosu-jô”, 1957) del Emperador Kurosawa, esos primerísimos planos tan deudores del cine de Maestros como Carl Theodor Dreyer o Ingmar Bergman... y, por supuesto, la pesadillesca estética del movimiento Expresionista alemán abanderado por auténticos Genios como Friedrich Murnau, Fritz Lang, Georg Wilhelm Pabst o Robert Wiene.


Macbeth” cuenta una historia de un crimen y un castigo entreverada de brujería y elementos sobrenaturales. Amparado en las engañosas profecías de tres brujas fatídicas, un noble llamado Macbeth (Denzel Washington) decide asesinar a su rey y tomar la corona de Escocia, con la complicidad de su ambiciosa esposa Lady Macbeth (Frances McDormand). Aunque es consciente del horror al que se entrega, cederá a la ilusión de creerse invencible y eterno. De esta manera, forjará voluntariamente su terrible destino, dejándose poseer por el virulento mal que nace de las ansias de poder.


Coen aúna el lenguaje estrictamente teatral (la película toma como referente la adaptación teatral presentada en el año 2013 en el Festival Internacional de Manchester) con el cinematográfico de manera encomiable, aportando un estilo visual absolutamente arrebatador en donde predomina el virtuoso uso de claroscuros (la fotografía de Bruno Delbonnel es de Oscar), claustrofóbicos espacios que nos encierran en la mente obsesiva de su protagonista (un prodigioso Denzel Washington digno merecedor del Oscar también) y una atmósfera absoluta y deliciosamente onírica y surreal. A destacar también la espeluznante caracterización de las tres brujas a cargo de Kathryn Hunt y la efectiva banda sonora de Carter Burwell, colaborador habitual de los hermanos Coen.


Con los antecedentes mencionados anteriormente, salir airoso no era en absoluto una empresa fácil, y, sin embargo, Coen consigue lo imposible, reivindicándose como un autor dotado de un lenguaje visual arrebatador. Hay en esta película planos... bastantes planos... que, en sí mismos, constituyen auténticas obras de arte. Por todo ello, este "MacBeth" constituye todo un triunfo cinematográfico, pese a haberse ha visto empañado por lo que considero que es la verdadera "tragedia" que ha marcado el evento de su estreno: el hecho de que no hayamos podido disfrutar aún de esta Obra Maestra como merece, en una sala de cine.


Mi calificación es de **** sobre *****

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